
Por Mónica Faro
Agencia EFE
Más allá del Mayo francés, las protestas del 68 tuvieron expresión en otros rincones del globo, un recorrido que puede hacerse a través de la exposición "Resist!”, en Bruselas, de Washington a Budapest, de Pekín a Coimbra, con artistas como Steve Schapiro o Josef Koudelka y que viaja hasta
el presente.
El mismo edificio que ocuparon los estudiantes y artistas belgas contra el aburguesamiento cultural, hace 50 años, el pabellón diseñado por el arquitecto modernista Víctor Horta y hoy Palacio de
Bellas Artes de Bruselas (conocido como "Bozar”), muestra ahora la herencia cultural que han dejado esas protestas y el valor de sus crónicas fotográficas.
Y es que las voces de aquellas manifestaciones juveniles que nacieron en Francia contra el orden
establecido tuvieron eco en muchos otros lugares del mundo: de la resistencia obrera en Tucumán
o Buenos Aires a movimientos estudiantiles que llegaron más tarde a Colombia; del rechazo a la guerra del Vietnam en Canadá, a los recitales clandestinos de Raimon contra el franquismo.
Imágenes de todos esos lugares se encuentran en un gran montaje con el que abre la exposición, del
artista argentino Marcelo Brodsky, que tuvo que exiliarse durante la dictadura, y muestra el efecto dominó de aquellas protestas en un enorme mural de fotografías de archivo comentadas.
Además de conmemorar el Mayo parisino, el Bozar busca así hacer "una reflexión hacia el presente y el futuro”, que desemboca en creaciones artísticas difundidas en nuevos medios como Instagram o
Facebook, con obras como la del grafista Wolfgang Tillmans que lanzó una campaña visual contra
el "brexit” (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) en 2016.
"No queríamos hablar únicamente de París, queríamos mostrar también todos los movimientos de protesta que realmente han cambiado el curso de la historia, y a partir de ahí hablar también de la
evolución estética en el medio de la fotografía con un trabajo de artistas que hablan de períodos más cercanos en el tiempo”, explicó la coordinadora de la exposición, Christel Tsilibaris.
Tampoco faltan imágenes icónicas, como las del fotoperiodista estadounidense Steve Schapiro, que contó en primera línea las marchas por los derechos civiles de Selma y Montgomery (EEUU)
encabezadas por Martin Luther King.
"Con el paso del tiempo, las fotografías adquieren un valor añadido en la transmisión de los mensajes. Estas instantáneas son hoy portadoras de historia”, defiende la coordinadora de la muestra, comisariada por Christine Eyene.
Acompañan a las instantáneas de Schapiro las de los fotoperiodistas galos Bruno Barbey y Gilles Caron, que además de retratar el mayo francés hicieron la crónica visual de la lucha entre católicos y protestantes en Londonderry, en 1969, o de las manifestaciones de estudiantes japoneses contra la renovación del tratado de cooperación entre su país y Estados Unidos, en 1960.
Las grandes firmas se completan con Josef Koudelka y sus imágenes de la invasión de Praga en
agosto de 1968, que tuvo que publicar en clandestinidad por miedo a ser castigado por las Unión Soviética.
