La mayor organización en defensa de la comunidad latina en Estados Unidos, el Consejo Nacional de la Raza (NCLR su sigla en inglés) ha reaccionado duramente al conocer los "’planes para el presupuesto nacional”, presentado por el candidato republicano a la vicepresidencia de la Nación, Paul Ryan. Las críticas severas giran en torno a que el proyecto perjudicaría a la mayoría de los hispanos residentes en EEUU en las áreas de la salud, educación, seguro social y créditos impositivos. Lo que se advierte en su lectura, es que los sectores más vulnerables de la comunidad soportarán las consecuencias.

Al carecer de apoyo mayoritario en ambas cámaras legislativas, el Plan Ryan aspira a concretarse después de las elecciones de noviembre, considerando el favorable vaticinio de algunas encuestas cuyos datos concluyen con mayoría de esa fuerza.

El sinceramiento del presupuesto republicano espanta a unos y acerca a otros, donde se incluye severos recortes a programas de asistencia social que ya se instalaron, pero que han servido a la oposición a Obama para culparle del déficit que considera insostenible, augurando males mayores si no se frena a tiempo.

Se estima que son millones los estadounidenses que se benefician con esos planes que sostiene el gobierno del presidente Obama que abarca gran cantidad de latinos. Leticia Miranda, asesora del Consejo Nacional de la Raza, a modo de apelación, ha expresado que son personas que están luchando por obtener una educación, acceso a cuidado de la salud, mejorar sus habilidades profesionales, proveer para su familia en un mercado laboral difícil y ahorrar para el retiro. Pero la expectativa se traslada a noviembre, el punto de inflexión.