El personal encargado de la admisión y permanencia de asistentes en locales de diversión nocturna siguen protagonizando, en distintos lugares del país, incluyendo San Juan, casos de maltrato y discrecionalidad que muchas veces tienen trágico desenlace.
Los llamados "patovicas", cara visible de esos negocios mayoritariamente frecuentado por jóvenes de diferentes niveles sociales, se involucran en hechos de violencia a pesar de la vigencia de la ley nacional 26.370, sancionada en mayo de 2008, precisamente para encuadrar los alcances de la cuestionada actividad laboral. La norma carece de reglamentación y por lo tanto no se cumple, aunque en algunas jurisdicciones, como en la Capital Federal, se tomaron ciertos recaudos pero más inclinados hacia el registro de personal para evitar el trabajo en negro.
Sin embargo la legislación es amplia y precisa. Creó un registro único de trabajadores y estableció tres categorías: controlador, controlador especializado, y técnico en control de admisión y permanencia. Y, entre sus obligaciones, señala la de "dar un trato igualitario a las personas en las mismas condiciones, en forma respetuosa y amable; cumplir el servicio respetando la dignidad de las personas y protegiendo su integridad física y moral". También obliga a los patovicas a hacer un curso -tampoco se reglamentó la duración-, que incluya derechos humanos, nociones de derecho constitucional y penal, nociones básicas de adicciones, comunicación no violenta y primeros auxilios.
Además, existe el Sindicato Unico de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina, entidad enfrentada con las empresas del rubro, a quienes adjudica la política de violencia y discriminación para mantener ciertos niveles de concurrencia seleccionada. Por su parte el INADI realizó una encuesta, entre diciembre de 2006 y diciembre de 2008, sobre la percepción de los lugares donde más se discrimina. Los boliches bailables lideran ese relevamiento, con el 57,8% de respuestas positivas.
Pero lo cierto es que si las autoridades exigieran el fiel cumplimiento de las disposiciones legales, con precisiones reglamentarias, se podrían evitar desenlaces como el del joven que el 20 de marzo último quedó con muerte cerebral al ser agredido a la salida de un boliche en Desamparados, hasta finalmente perder la vida, la semana pasada.
Hay un patovica detenido acusado de homicidio, por una situación que se pudo evitar con el cumpliendo con la cita ley y la política de los derechos humanos.
