El Patrimonio inmaterial es el más frágil, quizás el menos valorado y el que se olvida más rápido. Un ejemplo es nuestro carnaval, que se dejó de realizar al desaparecer el feriado, se pierde con él la "chaya", los corsos, las comparsas y las murgas, aunque renace después con características culturales diferentes que no nos pertenecen, es el carioca, es el de Gualeguaychú, al que no le quito su mérito, como el trabajo y participación de la comunidad chimbera que lo ha adoptado y que año a año lo lleva a cabo.
Todo es a consecuencia del fenómeno de globalización y la consecuente despersonalización que se manifiesta en los umbrales del S.XXI y conllevan a que el hombre se aparte cada vez más de esos valores propios de su cultura (Arq. Ma. De las Nieves Arias Incollá).
Pero a lo que me quiero referir ahora es a otro patrimonio declarado por UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y que es también adoptado por nuestra comunidad debido a la inmigración de chilenos a nuestro país, en especial al Dpto. de Calingasta y Chimbas. Y que es la forma de celebrar la Fiesta de la Virgen de Andacollo con la danza de los Chinos de la Virgen, que es lo declarado Patrimonio de la Humanidad el 26 de noviembre 2014. A lo que hace que la Presidenta de Chile haya expresado por tal motivo "esta expresión le pertenece a todo el mundo, no solamente a Chile. Son ustedes los que han permitido que este patrimonio salga de las fronteras de nuestro país".
Esta fiesta, con los bailes de los Chinos de la Virgen, se celebra en Chile, en Andacollo y Coquimbo y en San Juan, en Barreal, Calingasta y en la Villa Mariano Moreno de Chimbas.
Son los bailes chinos que participan de la fiesta de la Virgen del Rosario, una de las más antiguas y concurridas de América entre los días 23 y 27 de diciembre, demostrando así que el patrimonio se vive y mantiene gracias al trabajo colaborativo de toda una comunidad comprometida con su propia celebración, donde cada uno cumple un rol importante.
Algo de Historia: la primera cofradía de bailes chinos se originó en la localidad de Andacollo en 1585. Los bailes chinos siguieron manifestándose durante la Conquista y la época colonial, demostrando tener rasgos propios dentro de los rituales populares de América, que contienen aspectos de la cultura indígena y aportes hispanos.
El baile: Consiste principalmente en un conjunto de 12 a 30 personas que se ordenan de manera jerárquica, dejando en la cabecera a la figura superior, que generalmente es un hombre que tiene bastante trayectoria y tiene mayor edad. Toda la cofradía se organiza y quedan en dos filas, que bailan y tocan pitos y flautas, y al mismo tiempo un tamborcillo. Se baila realizando una serie de saltos, brincando en un pie y luego sobre el otro. El baile comienza en cuclillas y junto con ello la interpretación de las melodías, lo que representa un gran esfuerzo físico para todos los participantes.
El origen: Un colla que descansaba escuchó: "…Existe una gran riqueza a pocos pasos de ti; busca entre los peñascos más altos que se encuentran en la planicie que se extiende sobre tu cabeza. ¡Anda collo!". Cesó la voz y la luz se extinguió.
A la noche siguiente, se volvió a renovar la visión, y la misma voz dijo: "…Tuyas serán las riquezas. ¡Anda, anda, collo!". Preocupado en exceso, dio cuenta a su amo de lo que había visto y oído. El español, en relación al indio, no vio otra cosa que el logro providencial de sus deseos: "Anda y descubre esa riqueza, ¡pero como te vengas con las manos vacías te he de cortar las orejas!".
El collo partió, y a poco regresó trayendo entre sus brazos el busto de madera de una Virgen groseramente esculpida.
De allí el nombre de la virgen "Andacollo", que es Nuestra Sra. del Rosario.
En Calingasta la fiesta de carácter popular que se realiza cada 26 diciembre es celebrada por sus fieles cristianos desde hace muchísimas décadas, desde 1930 aproximadamente, en la comunidad barrealina que rinde honor a la Virgen de Andacollo.
La gran puesta en valor a esta fiesta es importante para poner en valor las que se realiza en Barreal y Chimbas, porque ese Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que también debe ser reconocido como algo de nuestra pertenencia, como lo expresa la presidenta de Chile. Pongámoslo en valor nosotros también.
(*) Licenciada en Turismo.
