El famoso albardonero don Carlos Montbrun Ocampo, gran conocedor de las costumbres y las peculiaridades sanjuaninas, nos ha legado variadas descripciones de aquellas tradiciones que en el pasado nos identificaron. Sus variados cuadros acerca de nuestro paisaje cultural han quedado bellamente plasmados en su profusa obra musical e interpretativa, la cual por suerte, de alguna manera u otra continua vigente.
Así, por ejemplo, el popular y vistoso carnaval de nuestra tierra ha quedado admirablemente registrado en su conocida cueca "En Ullum están chayando", una atractiva composición cuyana, en donde nos pinta bellamente cómo eran nuestros carnavales en antaño. Don Carlos secciona, no impensadamente, al departamento de Ullum. Este es un espacio geográfico que posee un pasado histórico muy rico, caracterizado por la laboriosidad y el ímpetu de sus habitantes, junto al natural deseo de la diversión y la algarabía. Es así que se destacaron las fiestas carnestolendas, teniendo un brillo excepcional. En un pasado no muy lejano sus habitantes se entregaban por completo a festejarlo y a vivirlo. Canales y acequias servían para que cada persona, sea con baldes o cualquier recipiente diera rienda suelta a su alegría y se chayara jubilosamente. Este hecho fue la fuente que inspiró a don Carlos, apasionado de las costumbres locales, a componer su conocida cueca. En ella nos habla de aquellas típicas tinas o tinajas sanjuaninas, las cuales eran útiles para almacenar o recoger el agua:
