
La absorción anual de millones de toneladas de anhídrido carbónico (CO2), por los bosques, océanos y suelos, evita que el principal gas con efecto invernadero se acumule en la atmósfera. Estos sistemas naturales se retroalimentan permitiendo que la Tierra tenga una temperatura propicia para la vida. La quema de los combustibles fósiles y la deforestación, entre otras cosas, son acciones del hombre que han desequilibrado estos sistemas con el consiguiente calentamiento global del planeta y cambios climáticos cada vez más notables. Para 2015 se superó la barrera de 400 ppm de CO2, una cantidad que se calcula era de 295 ppm, antes de la revolución industrial. Como consecuencia la temperatura media de la Tierra ha aumentado, por el incremento del Efecto invernadero que producen el CO2 y otros gases como el Metano, el Oxido nitroso, los Fluorclorocarbonados etc .
Las proyecciones indican que para 2030 habría que disminuir las emisiones de Gases con efecto Invernadero (GEI) en un 45 % para que la temperatura de la tierra no supere 1,5¦C de aumento, respecto a la temperatura preindustrial, tal cual lo recomienda el Acuerdo de París, a fin de evitar mayores catástrofes climáticas. Ello será posible, fundamentalmente, si las energías renovables proporcionan un 80 % de la electricidad global, los transportes a combustión son reemplazados por eléctricos, más de la mitad de lo que acaba en la basura es reciclado, se eligen electrodomésticos eficientes (A en la escala de A a G porque consumen 70 % menos energía), y si se plantan muchos árboles.
También se debe concientizar a los consumidores para que usen el transporte público, caminen o se desplacen en bicicletas, ahorren energía en las casas apagando aparatos y luces que no estén en uso.
La deforestación y la degradación de bosques con fines de expandir las áreas agrícolas y urbanizadas o los incendios y tala destructiva, representan un gran porcentaje de las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero, por lo que se hace necesario un monitoreo y estrategias de gestión forestal. La Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio climático, ha creado un mecanismo que incentiva la protección de los bosques y mejora su gestión y aprovechamiento, llamado REED". Son un conjunto de directrices para informar sobre recursos forestales, estrategias y resultados de la gestión forestal en términos de reducción de emisiones. Si se frena el ritmo de la deforestación y degradación forestal, se reduce la emisión de CO2 y replantando áreas deforestadas o plantando árboles, aumenta el secuestro o absorción de CO2. Por eso es importante que la sociedad comprenda la importancia de los árboles, no solo desde el punto de vista estético o de su sombra, sino como principales actores en la lucha contra el calentamiento global.
Hoy en día, la absorción oceánica y la fotosíntesis de los árboles son los principales mecanismos de secuestro o absorción de Carbono y junto con la reducción de emisiones de GEI en agricultura, ganadería, transporte, industria etc., son decisivos en la lucha contra el calentamiento global. A partir de la entrada en vigencia del Acuerdo de París y sus reglas, en 2021, los países que consigan capturar el CO2 en sus fuentes de origen (principalmente industria y matriz energética), tendrán un instrumento poderoso en el mercado mundial del comercio de emisiones de una Economía baja en Carbono, necesaria para evitar consecuencias climáticas irreversibles.
Por María Antonia Sansó Santos
Licenciada en Bioquímica.
