‘Actualmente los jóvenes casi no hablan entre sí, sino que se pelean y se agreden’. Esto que en un principio parece una afirmación un tanto extrema y dura a la vez, se ajusta a la realidad que estamos viviendo, según observaciones de especialistas en conducta adolescente y juvenil.
Lo ocurrido el martes último en la trágica fiesta llamada ‘Proyecto XXX’, en una quinta del partido bonaerense de Moreno, convocada a través de las redes sociales por un grupo de jóvenes, para recibir la Primavera, es una muestra de la situación en la que se encuentra la juventud, ante la falta de valores que han hecho perder límites y distorsionar conductas. La reunión se salió de control por el alcohol, las drogas y otros hábitos, provocando la muerte de un chico de 20 años y heridas en otros catorce, en una clara muestra de libertinaje y falta de controles por parte de los mayores o de los organismos oficiales competentes que tendrían que haber estado al tanto de la situación.
De la misma manera, hay otros datos escalofriantes vinculados al fenómeno de la violencia juvenil. En lo que va de septiembre han aparecido muertas cinco mujeres que eran buscadas intensamente en todo el país. Cada caso ha estado signado por agresiones que tiene su origen en mensajes que la juventud está recibiendo en forma permanente y que proviene de distintos ámbitos, como medios audiovisuales, incluyendo contenidos de las redes sociales; literatura, con pensamientos filosóficos, y modelos de personajes que no siempre son los más adecuados. Por ello es que, en estos momentos, encontramos actos de violencia no solo en los hechos vinculados con la inseguridad, sino también en los colegios, los boliches; las fiestas; el ámbito familiar o, simplemente, en la vía pública.
Actualmente la violencia afecta a todos por igual, pero es la de los jóvenes la que más preocupa porque son ellos los que tendrán a su cargo el futuro de la sociedad.
Sociólogos abocados a estudiar este fenómeno revelaron que cada año observan un aumento progresivo del descontrol y la violencia en los jóvenes; y que ven con preocupación como no se llevan a cabo políticas públicas concretas para intentar solucionar el problema.
El caso de Moreno, no es el primero ni el único, ya que los enfrentamiento entre bandas es algo que se ve a menudo y que de no abordarlo en esta etapa seguirá en aumento complicando aún más el panorama social.
