Las noticias sobre América latina no suelen recibir mucha atención de los medios estadounidenses, pero eso podría cambiar en 2018: la región será objeto de grandes titulares en todos lados.
Hay por lo menos seis grandes razones para ello: Primero, en 2018 habrá elecciones presidenciales en México y Brasil, los dos países más grandes de la región, así como en Colombia, Venezuela, Paraguay y Costa Rica. Eso significa que casi el 80% de la población latinoamericana elegirá presidentes en el próximo año.

En México, el candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador está liderando las encuestas para las elecciones presidenciales del 1 de julio. Si gana, tal vez ayudado por una reacción nacionalista contra las diatribas del presidente estadounidense Donald Trump contra México, Estados Unidos podría por primera vez en la historia reciente tener un vecino políticamente distante, si no hostil.
Eso podría perjudicar a Washington, porque México es el tercer socio comercial de EEUU, y la cooperación del gobierno mexicano es clave para luchar contra los cárteles de la droga y el crimen organizado. Además, con López Obrador en la presidencia, EEUU podría perder un aliado clave en los esfuerzos por restaurar la democracia en Venezuela.
En segundo lugar, se espera que el gobierno de Trump anuncie en 2018 si se retirará del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México.
En tercer lugar, el dictador cubano Raúl Castro, de 86 años, ha anunciado su retiro de la presidencia en abril de 2018. Si bien renunciará a sus cargos de presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, es probable que retenga la función clave de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, y que siga siendo un poder detrás del trono.
En cuarto lugar, la VIII Cumbre de las Américas, una reunión del Presidente de EEUU con los líderes de prácticamente todos los países de la región que se celebra cada tres años, está programada para llevarse a cabo en Lima, Perú, el 13 de abril.
Quinto, en noviembre tendrá lugar la cumbre de presidentes del G-20, el grupo de países más ricos del mundo. Si Trump no va a la Cumbre de las Américas en Lima y participa como es probable en la reunión de superpotencias económicas en Argentina, sería su primer viaje a América latina como presidente.
Sexto, la catástrofe económica de Venezuela puede convertirse en una crisis migratoria regional en 2018. Aunque más de 2 millones de venezolanos ya han salido del país desde que el fallecido presidente Hugo Chávez asumió el poder en 1999, millones más podrían seguir sus pasos en un futuro cercano, creando nuevas tensiones en la región.
Varios de estos acontecimientos podrían cambiar el mapa político latinoamericano en 2018. No me aventuraría a pronosticar si será para bien o para mal, pero una cosa es segura: no será un año aburrido en la región. ¡Felices fiestas!
