Argentina, junto con Chile y Uruguay, son los tres países de América latina donde se registran las tasas más altas de envejecimiento. El 25% de la población argentina superará los 60 años en 2050, según se informó en el IX Congreso Argentino de Salud, realizado en Salta.

Actualmente más del 14% de la gente excede los 60 años en nuestro país, lo que plantea un desafío para el sistema de sanidad, ya que requieren hasta tres veces más fondos para atender su salud que el resto y su gasto en medicamentos es ocho veces mayor. El citado análisis indica que en 1991, menos del 4% de los habitantes superaba los 65 años y, tras sólo una década, el sector trepó al 10%; a la vez los mayores de 80 son aproximadamente un millón en el país, de acuerdo a las proyecciones del censo 2001.

El problema es más serio en Europa, ya que el envejecimiento de la población de la Unión Europea (UE), donde se calcula que para 2060 habrá dos personas en edad laboral por cada persona de 65 años o más, pondrá en graves apuros al sistema de pensiones, una de las mayores preocupaciones en el bloque. Las autoridades se preparan para un gran incremento en el número de jubilados, quienes ejercerán presión sobre las finanzas públicas, ya que la gente vivirá más y, proporcionalmente, habrá menos población en edad para trabajar, aun con la llegada de inmigrantes. A partir de 2035, cuando la población total en las 27 naciones que integran la UE alcance su máximo, con 521 millones de habitantes comparado con los 495 millones actuales. Ni siquiera una migración masiva será suficiente para contrarrestar el impacto negativo de una menor tasa de natalidad, sostiene un informe de la agencia estadística de la UE, Eurostat.

En España, la población octogenaria aumentó en más de un 20% en los últimos cinco años mientras que, en términos generales, los españoles de más de 65 años se incrementaron en un 5 por ciento. Con una baja tasa de natalidad y una larga esperanza de vida, España, con 7,5 millones de mayores, se coloca en el cuarto lugar de los países más envejecidos del planeta, sólo superada por Japón, que encabeza la lista con un 20% de población mayor, Italia y Alemania. La esperanza de vida de los españoles se ha duplicado en el último siglo. La tendencia es indiscutible: en siete años, Europa tendrá menos nacimientos que muertes.

No son pocas ni irrelevantes las consecuencias. Cuando los nacimientos disminuyen y las tasas de envejecimiento crecen, el futuro de cualquier país se convierte en un horizonte que guarda más acechanzas que gratas perspectivas.