La Selección femenina de fútbol de Japón, que el pasado domingo se coronó en Alemania campeona del mundo por primera vez en su historia, ha recorrido un largo camino hasta convertirse en el primer equipo asiático en lograr este título.

Las jugadoras del equipo nacional japonés sorprendieron al mundo y demostraron las cualidades que simbolizan su apodo, "Nadeshiko”, el nombre de una flor de color rosado que se utiliza como uno de los arquetipos japonés de la perfección y la belleza, y que sirve para plasmar el "ideal de mujer japonesa”.

Además, el equipo ha conectado enormemente con los aficionados japoneses por personificar durante el torneo el tradicional valor nipón de perseverancia que el país ha abanderado con fuerza tras el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo.

La victoria del domingo, el último de una serie de épicos y sorprendentes triunfos ante rivales que se suponían superiores en el Mundial, mantuvo a millones de nipones pegados al televisor hasta el amanecer y agotó las ediciones extra de los diarios a los pocos minutos de ponerse a la venta el lunes. Sin embargo, hasta levantar el trofeo en la Copa del Mundo de Alemania 2011, han pasado muchos años, algunas victorias, como la medalla de Oro cosechada en los Juegos Asiáticos de 2010, e infinidad de decepciones.

El equipo nacional femenino inició su actividad en 1981, con una selección de jugadoras "amateur” que participaban en diversos torneos regionales. En esos momentos, la selección no era sino un combinado temporal, hasta que en 1989 se creó la "L. League”, la primera liga femenina japonesa, que impulsó al equipo y permitió su clasificación, en 1991, para la Copa del Mundo de China. Este seleccionado, formado en su mayoría con jugadoras locales de la L. League, logró derrotar a las principales aspirantes al título y bicampeonas del mundo: Alemania, en cuartos de final, y Estados Unidos, en una final en la que nunca perdieron la esperanza tras ir dos veces por detrás en el marcador.

Para el entrenador Sasaki, que cuenta con jugadoras jóvenes que hacen presagiar un futuro esperanzador para el combinado nipón, la actuación de la selección ha servido para "animar y dar esperanzas a la gente” en un momento en que el país está aún conmocionado por el desastre del 11 de marzo.