Apocalíptico paisaje del pulmón verde más grande del mundo, ante el avance del fuego.

 

El ministro brasileño de Ambiente, Ricardo Salles, dice que la estación seca y el calor son los causantes de los incendios en el Amazonia, explicación poco creíble ante la brutal desforestación de la selva tropical. 

Cuando leemos esto en los portales de los diarios nos espantamos de solo pensar que la Amazonia es el lugar de la tierra que genera el 20 % del oxígeno existente del planeta y que ese lugar es el hogar de miles de especies de la fauna y la flora, algunas hasta no conocidas.

Pero los incendios son una realidad. Algunos investigadores dicen que la recuperación de las zonas afectadas por el fuego puede tardar décadas, pero estoy seguro que el problema seguirá persistiendo porque la causas basal de los incendios no es lo expresado por el ministro brasileño, sino los actuales activos procesos de desforestación producidos para arrasar tierras y volverlas aptas para la agricultura y la ganadería y extender las fronteras agrícolas sobre áreas naturales. Este es el procedimiento de rozado de tierras. Luego de la tala del bosque deviene la labor de incendiar el sotobosque que queda con todo lo que ahí sobrevive, arbustos, animales que debieron bajar hasta los arbustos porque los arboles ya no están, herbáceas, etc. Esta labor es común en el Amazonia, antiguamente el fuego al encontrar zonas frondosas y húmedas se aplacaba hasta extinguirse. Actualmente se pueden apreciar en imágenes satelitales las zonas desforestadas que colindan una con otras y el efecto de aplacamiento ante la barrera verde y húmeda no se produce. 

El total de zonas incendiadas es del mismo tamaño que Francia, los efectos del humo han llegado a Sao Pablo que está a miles de kilómetros del lugar de los incendios ocasionando problemas respiratorios y de piel a los seres manos. Hay una densa nuble de humo sobre todo Brasil que transforma el paisaje en un paisaje apocalíptico y que está llegando a otros países. 

Luego que el incendio se aplaca los árboles de pie ya no pueden ser el hogar de ningún animal, esto da lugar a que especies exóticas puedan conquistar terrenos provocando un efecto altamente negativo e irreversible. Además, es posible afirmar que todos los incendios de las zonas de monte o bosque son producidos por acción humana, es una falacia decir que los mismos se producen por combustión espontánea como se sostuvo hace un tiempo con mucho ahínco. 

Ante este panorama se hace tangible la presentación de este hecho ambiental catastrófico como un verdadero enfrentamiento entre las actividades llamadas económicamente productivas y la protección ambiental, nada más erróneo.

Debemos recordar que la primera sílaba de la palabra economía, eco, proviene del griego "oikos” que significa morada o casa, por ello es necesario que ninguna actividad pueda perjudicar nuestra casa grande, el planeta, porque de lo contrario estaremos quemando el rancho que nos cobija.

 

Por Osvaldo Olmo Gómez
Prof. en Enseñanza Agropecuaria