Con el objetivo de descentralizar la atención del Centro de Tratamiento Integral de Violencia Familiar (CTIVF), las Áreas de la Mujer de los departamentos sanjuaninos lograron cumplir su objetivo. En los 19 municipios ya se recibieron más de 120 consultas mensuales sobre este tema, frente a las 100 por mes que recibe el CTIVF.
Cada tres días hay dos asesinatos de mujeres por violencia machista en la Argentina, donde se registraron 119 homicidios por esta causa durante el primer semestre del año, según un informe del Observatorio de Femicidios. Y las estadísticas confirman lo que se sospechaba: los casos de violencia contra las mujeres aumentaron en los últimos tiempos. Desde 2010, aumentó 60% la cantidad de casos que llegan a la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un informe del Observatorio de Femicidios, indica que cada día en el país una mujer muere víctima de la violencia de género. Paradójicamente, el hogar familiar es el lugar más peligroso para las mujeres, y sus propias parejas o ex parejas, los principales agresores. Sólo en la ciudad de Buenos Aires, en lo que va del año unas 5500 mujeres solicitaron ayuda por ser víctimas de violencia familiar, malos tratos y agresiones. Claro que muchas otras mujeres no se atreven a iniciar una demanda contra su agresor. Cerca del 40% de las mujeres no quieren hacer la denuncia.
Desde que comenzó a funcionar la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte, en 2008, ha habido 27.959 casos. Los principales agresores son las propias parejas y ex parejas de las víctimas. El 90% de los casos se convirtió en una denuncia civil; el 64%, en penal. La violencia psicológica está tan presente como la violencia física.
Es importante que el Congreso de la Nación trate el proyecto que propone la creación de un registro especial de antecedentes de personas condenadas por delitos contra la integridad sexual, que permitiría a funcionarios municipales, policiales y escolares saber qué personas que han cometido crímenes de esa índole residen o trabajan en sus respectivos ámbitos.
Reiteradamente se ha visto con qué velocidad el Congreso, donde hace más de diez años duerme el proyecto de ley presentado por el entonces diputado nacional Miguel Saredi para crear el registro de violadores, actúa ante los pedidos del Gobierno nacional y los convierte en ley aprovechando sus mayorías, por lo cual bien puede decirse que la cuestión en gran medida depende de su voluntad política.
