Hace 36 años, un golpe militar oscurecía la historia de nuestra Patria. Ante esta trágica fecha es menester recordar y condenar aquel sombrío proceso autoritario de horror y odio fratricida. Hacemos votos para que renovemos nuestro compromiso con las instituciones republicanas y con la reconciliación de todos los argentinos.
Memoria, verdad y justicia integran una trilogía que va más allá de un slogan. Memoria es algo más que recordar. El verbo hebreo "zkr”, hacer memoria, significa "tener presente” como principio y garantía de identidad. La memoria, además de los enormes beneficios que nos presta, puede transformarse negativamente sólo en nostalgia, haciendo del tiempo actual una guarida mental construida con retazos del pasado. Pero existe también una memoria de futuro, de modo que recordar es trabajar para que el futuro se vaya gestando en el hoy.
Cuando la memoria y las lecciones de nuestro trágico pasado no son asumidas con una visión integral, sólo se logra retroalimentar viejos odios y rencores. Si aquella memoria es empleada como una manera de obtener venganza y prolongar los conflictos, la reconciliación se transforma en utopía. Verdad, en griego "a-létheia” deriva del verbo "lantháno”, que significa ocultar, esconder e ignorar. Sin embargo, el prefijo "a” de la palabra "alétheia” es aquí privativo: no ocultar.
La tragedia vivida por los argentinos no se debe esconder. Sólo reconociendo la verdad integral, sin posturas ideológicas previas, es como se puede crecer en el progreso con honestidad. El antiguo derecho romano elaboró un concepto de justicia que formuló Ulpiano y que sigue vigente: "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Este "suyo” que corresponde a cada uno es un conjunto de derechos humanos. Hacer valer la justicia significa reconocer y defender los derechos de cada persona.
No hay democracia sin respeto a los Derechos Humanos. No hay democracia y respeto a los Derechos Humanos sin una Justicia competente, independiente e imparcial. Es un valor y un derecho, y como tal es un derecho básico, integral, indivisible e improrrogable, que a su vez constituye una garantía liminar para el goce de otros derechos. Cuanto hoy deberíamos hacer los argentinos es darle un sentido constructivo a este feriado. Deberíamos convertirlo en un día propicio para reflexionar sobre la necesidad de recordar para avanzar, de vivir la verdad sin ocultar la historia, y de buscar justicia para acercarnos lo más posible al destino de paz social, convivencia democrática y dignidad moral que sin duda nos merecemos.
