La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha incluido en su listado de enfermedades la adicción a los videojuegos.

Si un niño dedica más de tres horas a un videojuego puede estar en riesgo de convertirse en adicto de los mismos, advirtió el doctor Jaime Eduardo Calixto, destacado psiquiatra quien sostiene que quienes invierten más de siete horas al día a los videojuegos y dejan de lado actividades cotidianas, ya no actúan de una manera normal.

Dijo que los videojuegos no son malos en sí mismos, pero es importante no dedicarles mucho tiempo, además de que en la niñez y la adolescencia es fundamental que los padres tengan más comunicación con sus hijos generando un lazo de confianza e interés en su vida cotidiana, lo que evitará que sólo se concentren en jugar durante horas.

El especialista indicó que la edad en la que se inicia este proceso de dependencia va de los 8 a los 15 años, período en que el cerebro no tiene las conexiones neuronales específicas para que la persona pueda dominarse a sí misma, por lo que se entrega totalmente al juego.

"La edad es un punto importante, porque la región donde construimos el freno social, la corteza prefrontal, no está conectada durante la niñez y adolescencia; hay inmadurez cerebral. Jugar nos genera satisfactores y no tener un freno biológico y psicológico contribuye a no parar o posponer ese pasatiempo”, explicó.

El especialista y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirmó que el exceso de tiempo dedicado a los videojuegos no solamente se presenta en niños y jóvenes, sino también en adultos.

Aclaró que la adicción a los videojuegos se manifiesta cuando por jugar dejan de lado actividades cotidianas, se conflictúan con quienes les rodean en su familia o trabajo, abandonan algunas metas que anteriormente se habían propuesto o presentan conductas irritables cuando por alguna razón no tienen oportunidad de jugar.

El médico explicó que en la mente de la persona que está obsesionada con los videojuegos, cada logro que obtiene en ellos le genera placer y por lo que busca superar más metas cada vez más intensas, por lo que les dedica más tiempo a los videojuegos.

"No tener límites lleva al fenómeno denominado ‘Romeo y Julieta”: entre más intento de restricción, mayor apego.

"Si se le dice al jugador que no dedique tanto tiempo, libera más dopamina; es un búmeran desafortunado. Los adictos entran en esa dinámica, aunque saben que es un factor negativo”, aseguró.

Si un pequeño tiene signos de padecer esta adicción, especialista recomienda a los padres estar atentos a las conductas sociales del niño como observar su rendimiento escolar y reconocer cómo es la comunicación familiar.

Asimismo, dijo que los papás deben ser conscientes de que se trata de una dependencia y tratarla como tal.

En relación a que los videojuegos no son en sí mismos malos, de acuerdo a información de las clínicas Triora, para la atención de adicciones, y que fueron fundadas en los Países Bajos y también funcionan en España, no todas las personas que utilizan los videojuegos son adictas a los mismos, por el contrario, señalan que éstos ayudan en varios aspectos a niños, jóvenes, adultos e incluso a adultos mayores. Entre los beneficios enseñan a tomar decisiones precisas con mayor rapidez; mejora la memoria, concentración y la capacidad de hacer varias cosas a la vez. A los niños con dislexia les ayuda a mejorar su capacidad para la lectura. Permiten adquirir nuevos conocimientos, sobre todo aquellos que son juegos de historia, matemáticas, etc. y mejoran la capacidad motora de los niños más pequeños, ya que les impulsa a coordinarse para seguir el juego.

 

Por Sonia Domínguez Ramírez 
Especialista en temas de salud infantil