El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, me dijo que hay un buen clima para levantar la suspensión a Honduras: "Todos piensan que se va a llegar a un retorno relativamente pronto de Honduras a la OEA", observó. Sólo dos presidentes -Ricardo Martinelli, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, donde está el derrocado Manuel Zelaya-, asistieron a la asunción de Lobo. Estados Unidos envió al jefe de Asuntos Hemisféricos, Arturo Valenzuela.
Por España estuvo al segundo funcionario de la embajada en Honduras, y la mayoría de los países latinoamericanos enviaron delegaciones de bajo nivel. Venezuela y sus aliados estuvieron ausentes, después de que el Congreso hondureño decidiera, horas antes, retirarse del bloque "Bolivariano" financiado por Hugo Chávez: el ALBA.
Latinoamérica y EEUU suspendieron a Honduras de la OEA en julio de 2009, tras el golpe que instaló en el poder de facto a Roberto Micheletti, quien dijo haber actuado en cumplimiento de una orden de la Suprema Corte que ordenaba el arresto de Zelaya por haber violado la Constitución en su afán de postularse a un nuevo período presidencial.
Sin embargo, el clima internacional cambió con respecto a Honduras, desde que el régimen de facto realizó elecciones libres planificadas desde antes del golpe. EEUU y varios gobiernos están ahora más dispuestos a normalizar las relaciones con Lobo, que no tuvo nada que ver con el golpe. Además, casi todas las democracias latinoamericanas nacieron de elecciones convocadas por regímenes de facto. El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, primer mediador de la crisis hondureña, me dijo que "en los próximos meses, poco a poco, los países que nos comprometimos a restablecer las relaciones diplomáticas con Honduras lo van a hacer." La suspensión de la OEA perjudica enormemente a Honduras, uno de los países más pobres de la región. Se estima que las sanciones le han costado U$S 400 millones. Si Micheletti hubiera tenido el buen tino de haberse separado del poder antes, hubiera habido muchos más presidentes en la ceremonia, según Arias.
Craig Kelly, funcionario del Departamento de Estado de EEUU, me dijo que el levantamiento de las sanciones económicas del gobierno de Barack Obama a Honduras depende de que Lobo cumpla sus promesas de convocar a un gobierno de reconciliación nacional y crear una "comisión de la verdad" para investigar el golpe de Estado.
Mi opinión: No estoy de acuerdo con quienes pintan al ex presidente de facto Micheletti como un héroe por impedir que el país cayera en manos de Chávez. Micheletti violó las leyes cuando ordenó que Zelaya fuera sacado del país en vez de permitirle tener un juicio justo, como indica la ley hondureña. Y Micheletti antepuso su ego a las necesidades del país al aferrarse al poder hasta último momento, en vez de renunciar para permitir que un presidente neutral le pasara el poder a Lobo. Pero lo importante es, como señalan Insulza, Arias, Kelly y otros -y el hecho de que incluso el presidente izquierdista de El Salvador, Mauricio Funes, diga que reconocerá al gobierno de Lobo- que Honduras pronto volverá a ser aceptada en el redil democrático.
