José Gervasio Artigas es considerado el precursor del federalismo en el Río de la Plata, por su férrea posición contra del centralismo porteño. Este singular hombre, poco y nada estudiado en las escuelas, nació en la otrora Banda Oriental, el 19 de julio de 1764. Su ascendencia se vincula con familias pudientes que fundaron Montevideo. Luego de completar sus estudios, se dedicó especialmente a las faenas rurales, y de ahí en más fue ascendiendo su prestigio como líder de los gauchos "bandeños" o "gauderios".
Un cronista de apellido Larrañaga, dice acera de él: "Conoce mucho el corazón humano, principalmente el de nuestros paisanos y así no hay quien le iguale en el arte de manejarlos. Todos los rodean y todos lo siguen con amor…". En 1797 ingresó al Cuerpo de Blandengues, cuyas tropas eran las encargadas de impedir el avance de los aborígenes. También actuó en las invasiones inglesas y luego con el grado de capitán, se sumó a la causa patriótica. Cuentan los historiadores, que su autoridad en el medio rural motivó que fuera tenido en cuenta por Mariano Moreno, en su célebre "Plan de Operaciones", para hacer efectiva la revolución en la Banda Oriental.
A principios de 1811, el entonces Virrey del Río de la Plata, Javier de Elío (antes gobernador de Montevideo), comenzó las hostilidades contra la Junta, que se había conformado en Buenos Aires en mayo de 1810. Artigas abandonó la guarnición de Colonia y se puso bajo las órdenes del flamante gobierno porteño. La Junta le otorgó el grado de Teniente Coronel, le concedió bajo su mando un grupo de hombres, para que comience la insurrección contra los realistas en su tierra natal. Con gran entereza fue reclutando gauchos orientales, a quienes les entregó tierras y animales a medida que iba avanzando contra los españoles. Con estos bravos gauchos obtuvo la victoria de Las Piedras, en mayo de 1811.
Sin embargo, ocurrió algo que le disgustó, y con razón: el nuevo gobierno porteño (el Primer Triunvirato), firmó una tregua con Elío, sin consultarle a Artigas. Esto significaba que sus tropas debían retirase, yéndose a Entre Ríos, para reorganizar la lucha. Así se produjo el famoso éxodo del pueblo oriental, un episodio heroico en nuestra historia grande. Posteriormente, cuando cayó el Primer Triunvirato, se le restituyó su mando, enviando sus representantes a la Asamblea de 1813, con instrucciones bien claras, principalmente declarar la independencia, sancionar una constitución de contenido federal, entre otros puntos más.
Pero la Asamblea impugnó los diplomas de los representantes orientales, argumentando excusas ambiguas. Entonces Artigas rompió relaciones con Buenos Aires, y el Director Supremo Posadas lo declaró traidor. En realidad, apuntan los especialistas en el tema, se temía que Artigas se aliara con el General José de San Martín y se declarara la independencia, cosa que iba en contra del llamado grupo alvearista, grupo identificado con los intereses económicos de Gran Bretaña, estado que se había convertido en aliado de España.
Así llegamos al núcleo de este escrito, esto es lo sucedido el 29 de junio de 1815 (hace exactamente doscientos años). Nuestro personaje reconquistó Montevideo y citó en Concepción del Uruguay al llamado Congreso de Oriente o de los Pueblos Libres. Estuvieron presentes los diputados de la Banda Oriental, y además de Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Misiones. En esta importante y simbólica reunión (si bien no quedaron sus actas) se sabe que se acordó lo siguiente: se declaró la independencia de España, se procedió a izar un pabellón tricolor, banda que era igual a la creada por Manuel Belgrano, pero atravesada por una franja roja, en alegoría al federalismo y se tomó la decisión de no asistir al Congreso de Tucumán.
Muchos historiadores han estudiado e interpretado el accionar de Artigas. La mayoría coincide en que fue un hombre de indudable carisma, cuyo pensamiento expresaba un indudable federalismo, defendiendo lo local con creces, y que se opuso contra ese centralismo desmedido de Buenos Aires.
