La ascendente curva inflacionaria, que muchos sectores independientes atribuyen al excesivo gasto público con mayor emisión monetaria, que generan un círculo vicioso difícil de contener sin medidas de fondo, sin un ingreso genuino de divisas, son problemas estructurales que ponen en jaque a la conducción económica, más si se piensa en el mediano plazo.

Esta coyuntura plantea un desafío a la nueva conducción del Banco Central de la República Argentina (BCRA), encabezada por el economista Juan Carlos Fábrega, uno de los pilares de la política económica y quien deberá dar respuesta a las duras críticas que recibió la gestión de su antecesora, Mercedes Marcó del Pont por los desatinos que llevaron a la pérdida récord de 13.000 millones de dólares en reservas, a pesar de las restricciones impuestas al mercado cambiario.

El funcionario, de bajo perfil en su exposición pública, debe adecuar el sistema financiero a las necesidades del país, y ya adelantó que no habrá cambios en lo que respecta a la política llevada adelante sobre el tipo de cambio. Es decir, todo indica que el ritmo devaluatorio del peso, acelerado en los últimos meses, continuará en 2014 de manera de reducir la brecha entre el dólar oficial y el libre, que ya ronda los diez pesos. El aumento del recargo del 35% dispuesta por la Afip a la divisa y el freno de la caída de las reservas, son los objetivos inmediatos, pero paliativos ante un gasto público desbordante.

Por eso nada podrá frenar los desequilibrios de caja si no media la producción para generar riqueza y no sólo de las exportaciones sino de la mayor actividad económica interna.

En ese sentido resulta oportuna la intervención del Banco Central al poner en marcha el fideicomiso Fondear (Fondo para el Desarrollo Económico Argentino), el cual destina 100.000 millones de pesos para proyectos productivos y estratégicos de Pymes, vinculados a las economías regionales. Además, dentro del 5% de los depósitos que ofrecerán los bancos, también habrá líneas especiales para financiar créditos para la vivienda, con una tasa del 17,5%, prevista para una línea "’blanda” de préstamos que estará anclada en el 5% de todos los depósitos bancarios. El operativo rondará los 100.000 millones de pesos en 2014.

Una decisión política para producir, frenar el gasto, morigerar las pretensiones sindicales y adecuar el sistema financiero a un proyecto de crecimiento, podrán dar un golpe de gracia a la inflación.