Lorena P. A. Sosa
Especialista en discriminación y violencia de género.
El Comité de la Convención para la Eliminación de Discriminación contra la Mujer consideró ya en 1989 que la información estadística es absolutamente necesaria para entender la situación real de las mujeres en cada uno de los Estados Partes de la Convención, ratificada y parte de nuestra Constitución Nacional. El Comité posteriormente detalló este pedido general, refiriéndose de manera específica a la necesidad de medir la cantidad de femicidios y toda forma de violencia que afecte las mujeres, pero también de determinar la cantidad de mujeres que trabajan sin recursos a la seguridad social ni beneficios sociales, el tiempo que dedican hombres y mujeres al cuidado del hogar y los hijos, la participación de las mujeres en la política, etc. De igual manera, la Relatora Especial de la ONU sobre Violencia contra las Mujeres, aclara que "se necesita información detallada para dimensionar la magnitud del problema".
Se deben mantener estadísticas precisas, comparables y disponibles para definir el espectro de manifestaciones de violencia que afectan a mujeres, y demás personas que sufren la violencia de género, como lesbianas, trans, travestis y personas cuya identidad de género no se sujeta al binario hombre/mujer. Esta obligación recae también en las provincias, sin embargo, los más recientes informes advierten que nuestro país continúa en falta. Si bien existen algunas estadísticas por parte de organismos públicos nacionales, la mayoría de los datos son recolectados y analizados por asociaciones, muchas de ellas sin ningún tipo de aporte del Estado, a pesar haberles delegado de hecho esta responsabilidad. Si el Estado no se compromete a medir de manera regular y precisa la discriminación y la violencia de género esta permanecerá invisibilizada, y su prevención y eliminación, eternamente pendientes. La (in)disponibilidad de datos en la provincia de San Juan es alarmante, como también la aparente falta de atención hacia esta necesidad en cada una de las plataformas políticas de los candidatos provinciales. Sin una base empírica sobre la cual debatir la realidad, todo debate político continuará dominado por un ideario subjetivo y antojadizo. Estamos exigiendo igualdad y una vida sin violencia, empecemos por conocer la realidad.