Diferentes factores sociales y económicos de los últimos años, redujeron drásticamente la inmigración ilegal de mexicanos en los Estados Unidos, un tema que había desaparecido prácticamente de los medios debido a su escasa incidencia, hasta que estalló en boca del magnate Donald Trump, un inesperado candidato a la Casa Blanca, culpando de todos los males a los aztecas indocumentados.

Las reiteradas acusaciones xenófobas del multimillonario mediático contra los inmigrantes mexicanos no se sustentan en estudios demográficos ni en políticas migratorias, estadísticas, e investigaciones, sino en la intención de captar al electorado republicano más recalcitrante frente a los hispanos que son gravitantes en la campaña estadounidense. Sin embargo la realidad, basada en estudios demográficos, indica que el número de personas que emigran desde México a EEUU, legal e ilegalmente, se ha reducido drásticamente en los últimos años.

Uno de estos estudios, realizado por las universidades estadounidense de Texas, en San Antonio, y de la de New Hampshire, establece que el número de inmigrantes procedentes de México alcanzó su máximo en 2003, y desde entonces se ha reducido en más de la mitad. Las razones incluyen un menor número de empleos en la construcción debido a la recesión norteamericana de 2007 a 2009, una expansión de la economía mexicana y descenso de la natalidad.

Además de la caída del 57% de inmigrantes, según cifras del Censo de Estados Unidos, se revela que en las décadas de 1960 y 1970, la mujer promedio mexicana daba a luz a siete hijos, creando una población muy joven, con el 35% por debajo de los 15 años de edad. Entonces, un gran número de jóvenes que no podía encontrar puestos de trabajo en su país los impulsó a emigrar, pero eso quedó atrás debido a que la tasa de natalidad en México hoy es aproximadamente la misma que en EEUU y tampoco existe exceso de mano de obra en México por el resurgimiento económico.

Los inmigrantes mexicanos actuales son más ricos y tienen más probabilidades de llegar a través de los programas de visas especiales que a menudo les obligan a realizar inversiones generadoras de empleo. Ya no buscan trabajo en la construcción ni en servicio doméstico porque la mayoría es profesional.