La Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) ha cumplido un año más mirando luz al final del túnel, sustentando la idea organizadora de gestión conjunta de las políticas de drogas. Un organismo con valor internacional, porque el modelo sin igual ha sido imitado por casi todos los países y reproducido a nivel de las provincias argentinas.

En la Unión de la Reducción de la Demanda con el Control de la Ofertas, cuando la Sedronar aún no existía, hablé de prevención como miembro de la Delegación argentina a Viena ante la Comisión de Drogas de las Naciones Unidas y me preguntaban si hablaba de la prevención del delito, cuando era un simple miembro que integraba la delegación del gran delegado de nuestro país, el Dr. García Fernández, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, UBA.

Luego de esa participación, nos invitaron a Estocolmo, Suecia, para intervenir en una reunión de las ONGs vinculadas a la lucha contra la droga y la Argentina planteó su posición a través de Carlos Novelli, Silvia Alfonsín, Jorge Castro, Pipo Rossi y quien suscribe. Al regresar al país formamos la FONGA (Federación de Organismos No Gubernamentales de la Argentina para la prevención y el tratamiento de la drogadicción), para gestionar ante las autoridades en forma colectiva, capacitar a los operadores e integrar fuerzas.

En poco tiempo demostramos la posibilidad de hacerlo y fuimos a Colombia donde en Cartagena reconocieron la membresía que al país le quitaron por malos manejos de un congreso que no se hizo.

Después se inició la etapa de la Sedronar y nos sorprendió saber que nosotros, únicos interlocutores de la sociedad civil éramos desconocidos voluntariamente por las autoridades nombradas. Se nos quería explicar que todo estaba resuelto y nosotros palpamos lo contrario. Como quería Olivienstein: "Contra las adicciones, pero al lado del adicto”.

Después las gestiones mejoraron: lo logró Julio César Aráoz, Eduardo Amadeo, Lorenzo Cortese que nos hicieron sentir el orgullo de tener una repartición pública atenta a las necesidades del país a la vez que respetada por todos los países a muchos de los cuales en América del Sur capacitamos con la OEA y la Fundación Convivir.

Y luego nos tocó encabezar la institución señera de las adicciones. Y pudimos ponerla al día sin discriminar a nadie y con el apoyo de todo el personal, comprometido con la tarea preventiva y asistencial.

Y ahora nos toca batallar contra los que quieren despenalizar la droga sin conocer ni el texto ni la intención de la Ley 23737 a la que se oponen por reflejo automático y no por reflexión.

Ya el presidente uruguayo Mujica retrocedió en su improvisada propuesta lindante con lo irracional. ¿Podría acaso un Estado signatario de las convenciones internacionales de 1961, 1971 y 1986 pasar a cultivar drogas ilegales? ¿Acaso las famosas "mulas” cuyos derechos se defienden no son concientes de que cometen un delito al transportar droga en sus cuerpos?¿O pueden tener más derechos que los pobres que como dice el Padre Pepe di Paola ¿se drogan para seguir viviendo? ¿O más derechos que los pacientes a los que la llegada de droga perjudica?

Saludo a todos los que han colaborado con esta tarea, desde su pertenencia al personal de la Sedronar, desde las ONGs y los que por lo menos en estas semanas reciben una nueva luz. La de la esperanza que la racionalidad que prevaleció en los debates de las ONGs en el Congreso Nacional sea el instrumento de una gestión actual en manos del Dr. Rafael Bielsa, que honra actualmente el cargo de Secretario de Estado.

Un especial saludo al Episcopado Nacional que ha participado a través de la Pastoral Social en la gestión de una Ley de Prevención Educativa amplia y abarcativa que dictada en 2009 aguarda ser reglamentada y aplicada.