La visita del Padre de la Patria a San Juan no es un tema cerrado. Reconocidos historiadores provincianos hicieron importantes aportes a este momento significativo. El rol del historiador actual es leerlos y citarlos al repetir sus afirmaciones. O dar otra visión en base a nuevos documentos. Pero reconociendo sus aportes so pena de faltar a la ética.

"Por fuentes fidedignas y por distintos conductos de información confidencial, se tuvo en San Juan, la certeza de los inminentes preparativos de una bien organizada invasión realista desde Chile en 1815”, dirá Emilio Maurín Navarro.

La pérdida de la independencia chilena en octubre de 1814, generó una situación de riesgo para las provincias cuyanas. Durante todo 1815 se temió una invasión realista específicamente a San Juan, por ser la más vulnerable de todas. Hubo una incursión en enero de 1815, como aportó R. Pérez Aubone: "…en febrero de ese año una partida realista, cruzando la cordillera avanzó hasta El Leoncito, localidad próxima a Barreal, en el departamento de Calingasta. Allí apresó a una avanzada miliciana, "casi desarmada, sin pertrechos ni pericia alguna”.

Es la razón de la presencia del Gobernador Intendente de Cuyo en San Juan: "La necesidad de tomar un conocimiento exacto de los lugares por donde puede ser invadida esta provincia por los enemigos y la indefensión del pueblo de San Juan, me obligan a ponerme en marcha para este destino con ambos objetos”.

No hay referencia en la documentación al Ejército de los Andes, que será creado en agosto de 1816. No viene San Martín a preparar el cruce de los Andes. Viene a preparar el territorio sanjuanino ante una posible invasión desde Chile.

Su presencia en San Juan será de 17 días. Cinco días en la ciudad, desde la tarde del domingo 9 de julio hasta el viernes 14. Ese día partirá a la cordillera. Ese recorrido le demandó 12 días, del 14 al 26 de julio. El 27 de julio está en Mendoza.

Como erróneamente se ha dicho recientemente, el interés cordillerano Sanmartiniano no fue Calingasta sino el norte, como se lo manifestó a Álvarez Thomas.

¿Por qué rechazó San Martín el lugar que José I. de la Roza había preparado para su estancia? ¿Por qué se hospedó en el Convento Dominico? No lo sabemos. Solo podemos aportar que el archivo dominico de Mendoza nos dice que Juan de la Cruz Bargas, Administrador de la Renta de Correos de Mendoza, y quien acompañó a San Martín a San Juan, era miembro de la Hermandad Seglar dominica de Mendoza. Fray Rubén González comprobó la pertenencia de los padres de San Martín a la Hermandad Seglar de Buenos Aires y la promesa de ambos de ser enterrados con el hábito dominico.

La cercanía de San Martín y Bargas a los dominicos (afirmó Damián Hudson) o la necesidad de mantenerse distante del conflicto de De la Roza con el Cabildo de San Juan, hizo tal vez oportuna su estancia en este convento.

La información del libro de gastos del convento de 1815, indica lo que gastaron los frailes durante la estancia del Padre de la Patria en él. Groseramente se indicó hace un tiempo, contrariando la documentación y la palabra de notables historiadores, que San Martín tuvo que abonar su estadía. Nada más equivocado. El libro de gastos indicaba los gastos corrientes del convento, anotado día a día y gasto por gasto.

Su relevamiento nos habla de un aumento del gasto por el incremento del número de comensales y porque los frailes incorporaron a su comida diaria alimentos destinados a atender lo mejor posible al General y sus acompañantes.

Ese libro de gastos del convento que llega hasta 1818, brinda datos significativos sobre la vida conventual y para la reconstrucción de la historia local. Otro ejemplo: viernes 18 de abril de 1817: "6 reales en la compostura de la llave y chapa de la puerta que sale del claustro a la cocina. no se había compuesto por que todos los herreros los habían llevado a la reconquista de Chile”.

Aparece especialmente la contribución de los Dominicos al Estado o a la Patria. La Orden de Santo Domingo era la que más aportaba al impuesto de Contribución Directa. A fines de diciembre de 1816, cedió la Chacarilla para cuartel, como ya lo había hecho el 28 de junio de ese año con su convento. Cuando las tropas estaban a punto de partir a Chile se les pidió aportar 11 mulas, 7 caballos, aguardiente y dinero para pago de tropa, además de 3 criados y uno que tuvo que comprar para el Estado, 7 esclavos para el ejército y el servicio de sus criados al gobierno todo a costa del convento.

El 17 de agosto de 1921, reconociendo el aporte de los Dominicos a la Patria y en el lugar donde se alojara San Martín, el gobernador de la Provincia Amable Jones, decretaba la colocación por parte del gobierno local de una placa conmemorativa en la celda prioral, donde se alojara el Gral. San Martín, la cual se conserva en la actualidad como testimonio material de la participación generosa de los Dominicos y la Iglesia a la independencia nacional.