Durante su reciente visita a nuestro país, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz analizó la situación de la economía argentina y regional en el transcurso de una disertación en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Afirmó que "cuando nos dicen que la inflación es el impuesto más cruel, sospechemos, ya que sólo cuando es muy alta puede afectar el crecimiento de un país”.

En una nación con la larga historia de convivencia con alta inflación y sus efectos destructivos, donde tras un paréntesis después de la híper de 1989-1990, volvió a cobrar impulso en el último lustro, que un premio Nobel desestime los efectos de la suba de los precios al consumidor no parece lo más atinado. En su paso por Buenos Aires, Joseph Stiglitz desestimó la preocupación de los mercados por el incremento de los precios al indicar que "la preocupación principal de los mercados nunca fueron los pobres”. Bien que se tome la tasa de inflación real, del orden de 24% anual, a tono con los aumentos nominales de los salarios, del gasto público, la recaudación tributaria o de la emisión de dinero, o bien la tasa oficial del INDEC de 9,9% al año, no hay duda de que la inflación en la Argentina es alta. Y por tanto, debe ser motivo de preocupación.

No es una valoración carente de sustento. Si la tasa de inflación promedio mundial fue en todo 2011 de 4,9%, con 3% para los países desarrollados y 6,3% para la media de los emergentes, triplicar o duplicar esos valores en la medición oficial, no le corresponde otra calificación que elevada. No sólo eso. La serie de tasas de inflación de 209 países correspondiente al último año completo, medida por la variación del promedio de precios al consumidor, muestra que 19 de ellos registraron un ratio superior al 10% que calculó el INDEC para el Argentina y por debajo del pico de 24%, concentrados en África y Medio Oriente. Tan sólo dos: Belarus y Venezuela, lo superaron con 52,4 y 27,6 por ciento, respectivamente. De ahí surge que en el ranking de países con menos inflación la Argentina se ubica con la estadística oficial en el puesto 190 y con la real estimada por privados y varias direcciones de estadísticas provinciales desciende a la posición 207. Aunque lo desestime un Premio Nobel, la inflación es siempre un problema que la economía debe corregir.