A fines del año pasado, la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley el proyecto por el cual se establece como feriado extraordinario por única vez el día de hoy, en conmemoración del bicentenario de la creación y primera jura de la bandera nacional.
Los días no laborables en que se recuerda algún hecho central de la historia de los argentinos, se han transformado en estos últimos tiempos, en fechas en las que la finalidad es extender los días de descanso. La reivindicación del ocio es una gran conquista de las sociedades modernas, pero la desmesura nunca es buena consejera y parece que esta es la impronta que se va imponiendo en materia de feriados. Este año será récord en cuanto a fines de semana largos. Los días de descanso de 2012, sumando los fines de semana ordinarios, serán 121, es decir, un tercio del año.
Hay una peculiaridad más, ya que el mes de abril tendrá sólo 17 días hábiles, casi un 50% de descanso por otro tanto de esfuerzo dedicado a la producción. Los feriados no son gratuitos para la Argentina. Es más, tratándose de un país que debe mejorar su productividad, le cuestan bastante. Saber exactamente cuánto pierde el país por cada feriado no es tarea sencilla que, además de la compensación que hacen algunas empresas, hay industrias que no pueden parar. Aún así, el cálculo lineal de dividir el PBI por los días laborables y de allí deducir cuánto se pierde por feriado es un estimador aceptable.
En Chile, por ejemplo, la cuenta arroja como resultado una pérdida de 233 millones de dólares por día, la mitad que en nuestro país, pero con un PBI que también es la mitad del argentino. Con 15 días al año, la Argentina está entre los países con más feriados, arriba de Francia y Japón (10), Perú (11) y Alemania e Italia (12). Claro que muchos de estos países tienen más vacaciones como Francia, con 29 días hábiles por año. La Argentina comienza con 14, hasta los cinco años de relación laboral, y aumenta hasta llegar a 35 a los 20 años. Habrá que interrogarse si no habrá llegado el tiempo, para nuestra sociedad, de volver a una virtud cada vez menos ejercitada como es la austeridad.
Esta escandalosa cantidad de feriados no es lo más aconsejable, teniendo en cuenta la crisis económica y social que se vive a nivel mundial, y de la que sólo se podrá resurgir con trabajo y disciplina.
