Hasta ahora la búsqueda de una vacuna eficaz contra el sida no parece una misión sencilla. Pese a los esfuerzos mundiales de numerosos grupos de investigación, la vacuna preventiva se resiste porque el HIV, el virus de la enfermedad, es un enemigo escurridizo y cambiante.

Los motivos que lo llevan a variar y mutar no están claros, aunque un grupo de investigación acaba de encontrar una explicación. Sus trabajos demuestran que el virus muta de manera diferente y también se escapa de la acción del sistema inmune, según la genética dominante de cada zona del planeta. El estudio, en el que han participado 2800 personas seropositivas de los cinco continentes, se ha publicado en la revista científica británica "Nature". El hallazgo tiene dos lecturas. La primera, en principio, es negativa porque aleja cada vez más la posibilidad de encontrar una vacuna universal. Pero, al mismo tiempo, ofrece información esencial para orientar la investigación hacia el desarrollo de sueros que puedan adaptarse a las diferentes regiones del mundo.

Aún es pronto para determinar cuántas vacunas se necesitarán para cubrir la variabilidad genética de toda la población. Tampoco la nueva investigación descarta los sueros que hay actualmente en ensayo. Lo que indica el nuevo estudio es que a partir de ahora el diseño de la vacuna deberá ir coordinado con estudios de genética humana para conocer las características comunes de la población. De ese modo se contará con vacunas específicas regionales. En función de las características genéticas de las diversas poblaciones del mundo, el virus del HIV puede recibir respuestas inmunitarias distintas y por lo tanto evolucionar de manera diferente.

La investigación demuestra que algunas cepas del HIV logran ser invisibles al sistema inmune de las personas infectadas. En esos casos, el virus se escapa a las defensas naturales del organismo y crece a mayor velocidad. Si la persona infectada no recibe el tratamiento adecuado, la progresión del sida desde la infección es mucho más rápida. Esto explicaría por qué algunos seropositivos tardan más de 15 años en desarrollar la enfermedad y otros evolucionan hacia el sida con rapidez. No es la primera vez que se apunta a la variabilidad geográfica del HIV.

En un mundo cada vez más globalizado, será necesario que la medicina busque conocer muy bien las poblaciones virales locales para inmunizar contra ellas y disminuir la acción de esta enfermedad que se ha convertido en un flagelo.