Los que son padres saben lo difícil que es calmar a un niño cuando está enojado, nunca se está seguro de qué es lo que quieren y la solución más fácil es darles algo para que se entretengan. Un juguete que tengan a la mano o incluso un bocadillo pueden ser buenos aliados, pero ¿qué pasa con aquellos que prefieren entregarles el teléfono móvil o la tablet? Según un reciente estudio de distintos investigadores este hábito que tienen algunos padres está afectando al niño en su neurodesarrollo y comportamiento. En vez de practicar la paternidad y estrechar lazos con ellos, esta práctica promete generar un daño en ellos.
"Distraer a los niños que se aburren o lloran con un aparato no les permite que puedan generar su propia forma personal de entretenimiento e interacción con otras personas.”
En febrero de este año JAMA Pediatrics (Revista de la Asociación Médica Americana), publicó un estudio en donde hacen referencia al tema, allí escribieron que lo más habitual en los papás es relajar el temperamento enérgico de sus niños usando la televisión, sus celulares, computadoras o tablets porque tienen poco control sobre los menores. La autora del estudio y doctora de la Universidad de Boston Jenny Radesky, aprovechó la instancia para explicar que ya se ha advertido muchas veces a los padres que esto es algo que deben resolver: están proporcionando obstáculos en el desarrollo del lenguaje que pueden aparecer cuando un niño pasa mucho tiempo jugando. En la realidad hay muchos que defienden el uso de los smartphones y tablets porque dicen que ayuda a los niños a hablar y mejorar su vocabulario, pero Radesky advirtió el año pasado que: "si estos dispositivos se convierten en un método habitual para calmar y distraer a los niños, ¿ellos serán capaces de desarrollar sus propios mecanismos de autorregulación?” Distraer a los niños que se aburren o lloran con un aparato no les permite que puedan generar su propia forma personal de entretenimiento e interacción con otras personas. Según nuestra experiencia clínica en San Juan e investigaciones realizadas en amito Universitario en diferentes ocasiones, se puede aseverar que, desde el punto de vista neuropsicológico los niños expuestos excesivamente a pantallas pueden estar propensos a dificultades en el desarrollo madurativo de las Funciones Ejecutivas, estas, son las responsables del comportamiento meramente humano y nos diferencia de las demás especies. Permiten el diseño de planes, la selección de conductas, la autorregulación de los procesos para la consecución del objetivo a realizar, la flexibilidad y la organización de la tarea propuesta, esto se evidencia posteriormente en el desarrollo social, en el respeto de normas, evolucionar cognitivamente, etc. Desde el punto de vista neuroanatómico la Funciones Ejecutivas se encuentran en la corteza pre-frontal, (en el circuito dorso lateral, circuito orbitofrontal) y en el circuito del cíngulo anterior. Podría decirse que: "El abuso de estos dispositivos durante la infancia pronostican riesgo de interferir en el desarrollo de la empatía, sus habilidades sociales y de resolver los problemas, que generalmente se obtienen de la exploración, el juego simbólico y la interacción con amigos”. Así se da a entender que la mejor forma que los padres tienen para calmar a sus hijos no depende de un aparato tecnológico, sino de sus capacidades. Hablar con los niños, contenerlos y escucharlos hará que puedan mejorar en el neurodesarrollo, sus ansiedades, en el juego simbólico y aprendan a controlarse poco a poco. Aunque tome tiempo, es algo recomendable de hacer.
Por el Lic. Norberto Pons
Psicólogo – Especialista en Clínica Infantil – Neuropsicología.
