Los opositores al acuerdo Transpacífico -12 países incluidos Japón, Australia, Canadá, México, Chile y Perú- dicen que el acuerdo hará que muchas multinacionales muden sus fábricas a países de mano de obra barata, y eso aniquilará empleos en EEUU. Pero son temores exagerados aunque algunos miembros del acuerdo, como Vietnam y Malasia, tienen salarios mucho más bajos, y otros como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Japón, tienen salarios más altos que en EEUU.
Pero lo que es más importante, como lo dice el nuevo libro "El ascenso de los robots: la tecnología y la amenaza de un futuro sin empleos”, de Martin Ford, la gran amenaza para los trabajos a nivel mundial en los próximos años vendrá de los robots, que desplazarán cada vez más a los trabajadores humanos. Un estudio realizado en 2013 por Carl B. Frey y Michael A. Osborne, de la Universidad de Oxford, concluyó que el 47% de los empleos están en alto riesgo de ser reemplazados por robots en los próximos 10 años.
Los robots nos reemplazarán en trabajos que hasta hace poco parecían inimaginables. Por ejemplo, el hotel japonés Henn-na anunció que abrirá su primer hotel con personal de robots este verano. Y las impresoras 3-D, los coches que se manejan solos, y las super computadoras transformarán radicalmente la mayoría de las industrias.
Debido a los avances en inteligencia artificial, incluso muchos profesionales, como los radiólogos, los abogados con contratos rutinarios, y -sí- también muchos periodistas serán reemplazados por robots y algoritmos. Lo veo todos los días en mi profesión. Muchos diagramadores, archivistas y verificadores de datos han desaparecido de las redacciones de los periódicos, y cada vez más artículos de deportes y finanzas, como los informes son escritos por máquinas. Los camarógrafos están desapareciendo de los canales de televisión. Yo grabo mi programa semanal en CNN en Español desde Miami, pero las cámaras se dirigen remotamente desde Atlanta.
Los expertos rechazan la idea de que los robots causarán un problema de desempleo universal. Los pesimistas pronostican eso desde la revolución industrial del siglo XIX, y no ha ocurrido. Los optimistas citan el hecho de que cuando aparecieron los cajeros automáticos en EEUU en la década de 1990, se decía que desaparecerían los empleados bancarios. En cambio, el número de bancarios creció, porque los cajeros automáticos los "liberaron” para hacer otras tareas y los bancos aumentaron en un 43% sus sucursales.
Mi opinión: La mayor parte de las críticas al Acuerdo Transpacífico se caen por sí solas, por el hecho de que varios miembros no son países de bajos salarios, y porque la mayor amenaza al desempleo mundial no serán los países de mano de obra barata, sino de los robots, que son cada vez más baratos, y no piden aumentos de sueldo, ni tienen vacaciones. En lugar de preocuparse por el libre comercio, los críticos deberían preocuparse por mejorar los estándares tecnológicos de sus países, para estar a la vanguardia de la revolución robótica, y para que la gente desarrolle nuevas habilidades para trabajar menos horas, y llevar vidas más satisfactorias.