La violencia es un tema que preocupa cada vez más especialmente en las escuelas más allá, del temor de maestros alumnos y padres. Ellos sienten con frecuencia, miedo e impotencia, cuando se presentan con toda dureza y mayor frecuencia como lo vivido hace algunos días en escuelas de San Juan. La escuela es la caja de resonancia de la sociedad. Es muy difícil en estos momentos, mantener una charla dentro del marco del afecto, empatía, amor si no se matiza con agresión verbal, emocional y más allá del género. Aún en las relaciones de pareja y familia, donde el amor está ausente en todas las manifestaciones. Si cambiamos de escenario, tampoco las hay en nuestras calles, no existe convivencia vial, producto de ello se producen cientos de accidentes viales.
Se presta atención a las expresiones violentas de los chicos, y no, a la falta de contención del entorno social y familiar. Las formas que adquiere la violencia son llamados de atención. Según encuestas el 76% de los casos toma forma de violencia verbal y física. El 24% restante es violencia sicológica y simbólica, expresada en amenazas, malicias discriminación.
El psicoanalista Fernando Osorio, en su libro ‘Violencia en la escuela’ expresa el avance cada vez mayor o incrementando los conflictos entre familia y escuela. Las nuevas conformaciones de familias modernas (ensambladas, con un solo padre) no han podido promover cambios en las políticas y estrategias pedagógicas instrumentadas por el sistema educativo actual. Hay una crisis en cuanto a la relación familia escuela. Estos problemas cruzan a toda la sociedad, registrados en un ámbito que está pensado para que los alumnos aprendan a convivir en su difícil tránsito hacia la adultez. No sabemos ser adultos. Por ello, cada institución educativa debe incorporar en su Proyecto Institucional, a la ‘Comunidad Educativa’, que la integran docentes, alumnos, padres, familias, empresarios, clubes y uniones vecinales, quienes deben contribuir con aquello que la escuela promueve. Juega hoy un rol muy importante los ‘Gabinetes Técnicos Interdisciplinarios’ que en algunas escuelas ya existen y que en forma urgente, deben ubicar a los nuevos integrantes de profesionales convocados, para cubrir las necesidades de las escuelas.
Una necesidad es el rol del mediador escolar quien logra el acuerdo mutuo. El mediador es el facilitador del diálogo evitando generar malos entendidos, aclarando los problemas en disputa, con el objetivo de encontrar opciones, considerar alternativas y llegar a acuerdos mutuos. Ello mejorará el pensamiento crítico y habilidades para la solución de problemas. Así también la relación entre los maestros y los padres. Además se incrementa la participación de los alumnos, favoreciendo el incremento y desarrolla las habilidades de liderazgo, favoreciendo el incremento de la autoestima y facilitando la comunicación y mejora de los vínculos. También hay medios o recursos como el juego, que son canales para expresarse y descargar tanto sentimientos positivos como negativos.
El objetivo de la comunicación no violenta, no es cambiar la conducta del otro para obtener lo que deseamos, sino más bien, establecer relaciones de empatía con el otro, que proporciona la colaboración necesaria para satisfacer las necesidades de todos los involucrados. Es importante recordar que antes de prevenir la violencia en el aula debemos conocer las causas o motivos que provocan ese comportamiento. Estudios científicos realizados sobre este tema reflejan que entre los motivos que influyen en esta conducta destacan la marginación, o sensación de marginación social, integración de bandas que defienden la violencia y el contexto más inmediato es la familia y la escuela. En la mayoría de los casos la violencia que existe en nuestra sociedad tiene su origen en el núcleo familiar. Por ello, dentro de todo el sistema educativo los padres, ocupan un papel fundamental en la educación de sus hijos.
