El naufragio que se produjo en la madrugada del domingo pasado frente a la costa de Libia, de un barco con al menos 900 migrantes a bordo, de los cuales 800 perdieron la vida, ha determinado la necesidad de formar una coalición internacional para frenar la inmigración ilegal que causa tantas víctimas. La propuesta de la ONG "Horizon Sans Frontière" de Senegal para la defensa de los migrantes, ha sugerido reunir a los países del Mediterráneo y a los de origen de los inmigrantes a fin de buscar una solución a largo plazo del problema.
Asimismo ha solicitado la urgente apertura de una investigación internacional para identificar a los autores del tráfico de seres humanos, a fin de determinar quiénes son los responsables, para desbaratar sus planes e intereses que se saben son muchos y se dan a la sombra de la impunidad reinante. El tráfico de migrantes es una de las actividades delictivas que más ha crecido en los últimos años, junto con las drogas y el terrorismo.
Existe un antecedente exitoso de este tipo de acciones, cuando se tuvo que luchar contra la piratería en alta mar y se formó una coalición para enfrentar a esa amenaza con resultados significativos, por lo que se considera que ahora se debe hacer lo mismo y así evitar nuevas tragedias que causan miles de muertes.
Lo ocurrido en Libia se asemeja en algunos aspectos a lo que pasaba hace unas décadas con los balseros cubanos, quienes en su intento por llegar a la costa Este de EEUU, huyendo de la dictadura cubana, sufrían las consecuencias de los peligros de navegar en el mar en embarcaciones que no están preparadas para esas exigencias, por su precariedad y porque lo hacían en forma clandestina.
