En un animal político como lo fue Kirchner podría resultar extraño que en lo primero que se piense ante su ausencia no sea en algo sobre su legado sino en el vacío hacia el futuro. Ocurrió mucho en estas horas que aún entre las personas menos fanatizadas por su influjo político quedó un fuerte aroma a desamparo: todos sabían que, siempre, él estaba detrás.
Eso que fue un problema por su presencia para la gestión de Cristina, hoy lo es por su ausencia. De aquel doble comando con que la oposición disfrutaba en desalificar al matrimonio, se pasa de un día para otro a un modelo abiertamente diferente: una mujer sola, separada de aquello que siempre fue su sostén emocional y lo que al ciudadano común le ofreció confianza por si algo pasaba. Una confianza que posiblemente muchos nunca habrán sentido, pero que ahora cuando falta se hace notar.
Está claro que semejante suceso redefinirá por completo el mapa político nacional, aunque a pocas horas de haber ocurrido no esté claro para qué lado lo hará. Lo primero a evaluar será qué camino tomará la Presidenta y con qué fuerzas lo afrontará. Néstor y Cristina fueron un equipo en los mandatos de ambos. Y más allá del sello de autor de las medidas, de quién las decidía, lo concreto es que se retroalimentaban: siempre detrás de cada paso como presidenta de Cristina había detrás un diálogo y un aliento de Néstor, y vicecersa.
En términos políticos, será eso lo que más extrañará la Presidenta. Los diálogos de la intimidad, seguramente plagados de referencias a la política y a la gestión. Porque fueron así, full time, full life.
Queda un poco más de un año de gestión para Cristina, y un año para las elecciones presidenciales. ¿Estará dentro de 4 o 5 meses, cuando comiencen a correr los plazos del comicios, Cristina con ganas de seguir batallando, ya sin su principal sostén político y afectivo?
Puede salir para cualquier lado la respuesta. Tanto por el lado del cansancio lógico de haber peleado contra mucho más de lo que las fuerzas son capaces de permitir a cualquier persona normal, y decidirse por un retiro armónico. O puede ocurrir que se juramente sobre la memoria de su marido y redoble la energía.
Habrá un efecto político en la muerte del conductor, que seguramente será un mejoramiento para la imagen presidencial.
Siempre estos hechos despiertan sensibilidades en la gente que ni ella misma podría imaginar. Se vio en las primeras horas tras la desaparición del ex presidente, que un hecho tan repentino y sorpresivo remarcará los buenos momentos antes que los malos. Esos cambios de imagen también dejarán nuevos climas políticos que incluyen a Cristina.
También habrá preguntas sobre el rumbo de su gestión. Si en este tiempo que queda adoptará un toque más personal, o se refugiará en la seguridad de los que están. Para que esas respuestas aparezcan, hará falta atravesar el tiempo del dolor.
