Después de interminables días de navegación, en busca de un paso que comunicara el océano Atlántico con el Pacífico, el marino español Juan Díaz de Solís, descubre en 1536, una extensa superficie de agua que bautizó con el nombre de mar Dulce. Convencidos los conquistadores españoles que los conduciría a la famosa Sierra del Plata, surgió el nombre de Río de la Plata, importante vía de acceso y comunicación, escenario de numerosos actos heroicos y puente de unión para el comercio y la actividad turística.
La zona se constituyó rápidamente en el área económica más significativa del Virreinato y posteriormente de la Provincias Unidas del Río de la Plata.
Por ésta vía penetraron las nuevas ideas que incentivaron el proceso independentista en ésta región de América y años más tarde, miles de inmigrantes europeos que modificaron sustancialmente las sociedades de ambas márgenes del curso fluvial.
Compartido por Montevideo y Buenos Aires, el estuario del río enlaza a la Argentina y Uruguay. Personas de ambas partes surcan sus aguas en busca de trabajo y diversión, como ocurrió en 1930 en ocasión de disputarse el Campeonato Mundial de Fútbol, que enfrentó a ambas naciones. Varios vapores provenientes de Buenos Aires, surcaron el río conduciendo a la hinchada argentina.
El río de La Plata fue también testigo de trágicos naufragios, como el hundimiento del vapor América, oportunidad en la que uno de los pasajeros, Luis Viale, salvó la vida de una mujer embarazada a la que cedió su salvavidas. En otro naufragio, un niño logró ascender por uno de los mástiles del barco accidentado, siendo el único sobreviviente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el río fue escenario de una batalla naval en la que se enfrentaron navíos británicos con el acorazado alemán Graf Spee, refugiado en las aguas. También el río fue testigo de los vaivenes políticos. Después del golpe militar que derrocó al presidente Yrigoyen, en 1930, la pequeña isla Martín García, fue el lugar preferido por los golpistas del momento, para encarcelar a los mandatarios derrocados.
Allí fue alojado el coronel Perón, en los días previos al 17 de octubre de 1945, detenido por el gobierno. Por su parte, el presidente Frondizi, también fue confinado en dicha isla. Durante el régimen militar, desde 1976 a 1983, el estuario fue el destino final de muchos detenidos que fueron arrojados con vida a las aguas.
