Luego de trece horas de negociaciones, Bruselas ha dado luz verde a la segunda parte de las ayudas a Grecia, luego de que el Parlamento griego votara el nuevo paquete de medidas de austeridad, exigido para evitar la quiebra del país, y con la aprobación con 199 votos a favor, muy superior a la mayoría necesaria de 151 votos.
Sin la sanción e implementación de esta reforma no habrá segundo rescate, de 130.000 millones de euros, ni quita de la mitad de la deuda griega, cerca de 100.000 millones de euros, ni tampoco futuro cierto, ya que el 20 de marzo Grecia debe pagar nada menos que 14.500 millones en deuda que vence ese día. Había peligro de bancarrota porque la deuda pública griega es enorme: cerca de 350.000 millones de euros, el 160% del PBI.
Con la aprobación de los recortes, la situación griega mejora, pero no termina aquí su calvario. En la última reunión del eurogrupo, el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schauble dejó bien claro a su homólogo griego Evánguelos Venizelos que no sólo el parlamento debía de aprobar estos nuevos reajustes durísimos, sino que los líderes de los partidos en el gobierno debían de comprometerse por escrito de que las medidas aprobadas se implementarán. Grecia ha perdido en estos últimos meses su credibilidad. Los restantes países europeos dudan del compromiso de sus políticos, de la eficacia de sus gobiernos y de su sector público, hasta de sus estadísticas. Y han visto cómo días atrás los tres partidos en el gobierno no se pusieron de acuerdo ni en los recortes necesarios para conseguir el nuevo rescate y como uno de esos partidos, el de ultraderecha, acabó marchándose y dejando solos a los socialistas y conservadores.
El programa de recortes y reformas asusta a los griegos. Supone un recorte de los gastos para este año de más de tres mil millones de euros. En el sector público se cerrarán rápidamente empresas estatales, se ha eliminado el derecho de trabajo por vida de sus empleados y al menos 15.000 serán despedidos este año y hasta 150.000 a finales de 2015. En el sector público se reduce el salario mínimo interprofesional bruto entre 2 y 32 por ciento.
El acuerdo otorgado por los ministros de economía de la eurozona representa una victoria de los países considerados más rigurosos. Lo que se teme es que los compromisos asumidos por el Gobierno griego puedan quedar incumplidos por la mayoría de quienes triunfen en las elecciones del próximo mes de abril.
