El futuro de la humanidad, en cuanto a la sobre-explotación que hace de los recursos provenientes de los ecosistemas, sigue siendo un tema preocupante, en particular frente a las necesidades alimentarias de una población que sigue creciendo, aunque hay una caída de la tasa de natalidad. No obstante, estudios socioeconómicos señalan que las fuentes son inagotables, siempre que se haga un uso racional de los elementos y un mejor aprovechamiento gracias a los avances de la ciencia y la técnica, y de todo el conocimiento acumulado. Más todavía, si existen enormes reservas en los mares y se puede emprender una transformación productiva en muchos lugares para obtener altos rendimientos. En ese sentido las Naciones Unidas, a través de la FAO, el ente del organismo para la alimentación y la agricultura, advirtió en estos días acerca de esta coyuntura problemática y la necesidad de que las naciones miembros tracen políticas específicas para atender las necesidades alimentarias del mundo en las próximas décadas, o dentro de 40 años habrá escasez si se mantienen los niveles actuales de producción y abastecimiento.
Según un reciente informe de la FAO, un cuarto de la superficie de terrestre ha sufrido tanta degradación, que es muy probable que no contenga los minerales necesarios para producir nuevas cosechas, lo que dejaría desabastecida a la población del futuro. El análisis indica que en las condiciones actuales el mundo corre el riesgo de no poder producir la suficiente cantidad de alimentos para satisfacer su propia demanda en 2050, y señala como culpables de esta situación al cambio climático, con resultados catastróficos como la sequía que azota a Africa, y a una mala práctica agrícola en muchos lugares del planeta.