En un viaje a Cuba a principios de la década de 1990, un periodista del diario Juventud Rebelde de la juventud comunista me dijo que había sido reprendido por su jefe por tratar de publicar una foto de Castro comiendo en una cena. El comandante nunca podría ser mostrado comiendo, me dijo el periodista.
Incluso las circunstancias de la muerte de Castro pueden haber sido un montaje gubernamental: los medios oficiales cubanos dicen que murió el 25 de noviembre, que es el mismo día en que Castro y sus guerrilleros salieron del puerto mexicano de Veracruz en el yate Granma en 1955 para iniciar su insurrección armada en Cuba. ¿Habrán trucado la fecha de su muerte para mostrarla como un viaje heroico hacia el más allá, que coincide con la fecha del inicio de su gesta revolucionaria hace seis décadas?
Castro fue un cobarde porque no permitió ningún partido político independiente. Según la Constitución cubana redactada por Castro, sólo el Partido Comunista que él presidió durante décadas está permitido en la isla. Castro usó el embargo comercial estadounidense como una excusa para prohibir partidos políticos independientes o libertad de reunión. Incluso después de que entregó la presidencia a su hermano Raúl, aunque siguió siendo una poderosa figura detrás de bambalinas, el régimen cubano intensificó la represión a los oposición pacífica a pesar de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que inició el presidente Obama en 2014.
Según la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, un grupo no oficial, los arrestos políticos documentados se han disparado de 6.424 en 2013 a 9.125 en lo que va de este año. También Castro fue un cobarde porque nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno.
Castro se jactaba de que Cuba redujo la pobreza y mejoró la salud y la educación, y gran parte de la prensa internacional se lo creyó sin cuestionamientos. Pero a diferencia de la mayoría de los países, Castro nunca permitió que el Banco Mundial u otras instituciones internacionales creíbles realizaran estudios independientes en la isla.
Se jactaba de los avances educativos de Cuba, pero nunca permitió que Cuba participara en las pruebas del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). De hecho, muchos estudios demuestran que otros países como Costa Rica hicieron más progreso social que Cuba, sin pagar el precio de ejecuciones masivas, encarcelamientos y exilios.
Castro nunca permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos llevar a cabo investigaciones in situ sobre los abusos contra los derechos humanos. Según el grupo de investigación Cuba Archive (cubaarchive.org), Castro fue responsable de 3.117 casos documentados de ejecuciones y 1.162 casos de ejecuciones extrajudiciales. En cualquier otro país, habría sido declarado un criminal de guerra.
Lo siento, pero no me impresiona para nada la narrativa convencional de que Castro fue un valiente revolucionario que desafió a 10 presidentes de Estados Unidos y sobrevivió a innumerables intentos de asesinato. Los líderes valientes son aquellos que tienen el valor de competir con otros en elecciones libres. Castro era un cobarde que nunca se atrevió a permitir que su gente ejerciera sus derechos básicos, y que condenó su isla a la miseria.
"Esta muerte tendría que recordar que no hay dictador bueno. Ya sea un autócrata derechista como Pinochet o de un izquierdista como Castro, todos los dictadores son malos y, en el fondo, cobardes."