Parece utópico hablar de excelencia judicial ante casos de corrupción, nepotismo y negligencia que involucran a la Justicia. Pero hay excepciones gratificantes, verdaderos ejemplos de trabajo e idoneidad admirable.

Por eso la organización no gubernamental FORES, vinculada con la Justicia, ha otorgado el premio "excelencia judicial 2009" a dos juezas de Capital Federal. Uno a la titular del Juzgado Nacional en lo Correccional N° 9, Ana Díaz Cano, y otro al Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 6, de Marta Cirulli. Los considerandos de la ONG para premiarlos parece una paradoja: "Atienden bien, dan agilidad a los expedientes, trabajan en equipo y resuelven con calidad y con criterio", obligaciones que deberían tener todos los jueces.

Más aún, Ana Díaz Cano, "sobresalió por la independencia en sus decisiones y el análisis normativo de los expedientes y por la buena organización del tribunal, el cumplimiento de plazos, el trabajo de los secretarios y la disponibilidad de la magistrado". Cirulli "fue destacada por su participación directa en el seguimiento y resolución de las causas y por la independencia e imparcialidad de las decisiones." Su juzgado fue primero en la opinión de los usuarios del Fuero, por la eficiente y rápida atención al público, organización del tribunal y cumplimiento de plazos.

Se galardonó a equipos eficientes, por lo tanto desde los ordenanzas hasta los jueces recibirán su diploma. El premio distingue el trabajo en equipo y el liderazgo del magistrado, una lógica difícil de encontrar en la Justicia argentina.