Los resultados del programa Una Computadora por Niño en 319 escuelas rurales de Perú, a cargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), motiva a defensores y a detractores. Una Computadora Por Niño es una organización benéfica encabezada por el gurú de tecnología del MIT Nicholas Negroponte. Además de Perú, Argentina, Uruguay, Colombia, México y El Salvador, entre otros, han lanzado masivos planes de entrega de netbooks en escuelas públicas. Uruguay fue el primer país del mundo que lo hizo en 2009. El estudio del BID en Perú revela que el programa redujo la brecha tecnológica entre ricos y pobres y ayudó a mejorar las capacidades del aprendizaje. Pero también demostró que unos 900.000 niños que recibieron laptops no mejoraron en los exámenes de matemática o lenguaje.

Pregunté al experto en educación del BID Eugenio Severín, si recomendaría a Perú y a otros países que continúen con el programa. "Estos programas son un proyecto en desarrollo. Nuestra recomendación es seguir adelante, y mejorarlos”, dijo Severín. La buena noticia es que el programa permitió que tanto niños como maestros de zonas rurales, que nunca habían visto una computadora, pudieran acceder a la tecnología, insertándolos de la noche a la mañana en la era digital. Además, los niños de Perú mostraron algún progreso en sus capacidades de aprendizaje, incluyendo su capacidad de resolver secuencias lógicas, agregó Severín. La mala noticia es que, además de no mostrar mejoras en los exámenes de matemática y de lenguaje, no hubo evidencias de que el aporte motivara a estudiar más, o a ir a la escuela más días por año. Las máquinas en sí mismas no elevan los resultados académicos, afirmó.

"La idea de Negroponte de que tirando computadoras desde un helicóptero sobre una aldea mejoraría dramáticamente el aprendizaje no resultó cierta”, dijo Severín. Para que estos programas funcionen mejor, Perú y otros países tendrán que proporcionar más software educativo para mejorar la enseñanza de matemática y lenguaje, añadió Severín. Explicó que se debe entrenar mejor a los maestros. En muchas escuelas peruanas, los maestros sólo recibieron 40 horas de entrenamiento, algo que apenas les permitió aprender a usar las máquinas.

Rodrigo Arboleda, presidente de la Fundación Una Computadora por Niño, con sede en Miami, dice que el principal objetivo del gobierno peruano era promover la inclusión social. "Muchas de las escuelas rurales contenidas en el estudio no tienen electricidad ni acceso a Internet. Si se realizara ese estudio en Lima, se hubiera visto el mismo aumento en escolaridad y la misma disminución de la deserción escolar que mostraron otros estudios en Uruguay, Paraguay y Nicaragua”, dijo.

Mi opinión: Los programas laptops escolares han sido un éxito desde el punto de vista social, porque les han dado más autoestima a niños pobres, y más sentido de pertenencia a la sociedad. Y también ayudaron a sacudir los anticuados sistemas educativos de muchos países, porque obliga a los maestros a ponerse al día para no quedar mal parados frente a sus alumnos, más duchos en el uso de computadoras. Ahora se debe dar el próximo paso y convertir estos programas en un éxito educativo, con mejores programas de software, más entrenamiento docente, y metas académicas más ambiciosas. Si se hace, será un gran logro de América latina.