Nunca mejor expresado, brilló por su ausencia. Esta frase, a veces mal interpretada como crítica hacia cierta persona que debió haber estado en algún lugar y no fue, en realidad se creó para notar todo lo contrario, cuando una persona está presente en la mente de todos aunque esté físicamente ausente.

El 17 de octubre debía recordarse a Perón, porque fue la fecha del año 45 del siglo pasado cuando desde la cárcel de la isla Martín García a la que lo había llevado el régimen militar de aquél entonces, esos carceleros, asustados por los "cabecitas negras" que llegaron desde Avellaneda para "mojarse las patas en la fuente de la Plaza de Mayo", lo hicieron aparecer en los balcones de la Casa Rosada para calmar a la multitud. Por su ausencia, se la recordó a Ella.

Que no quería la foto con los "gordos de la CGT", que una señal de disconformidad…, es posible que el motivo real es que nunca se mostró muy devota del General ni de Evita. Hay que rescatar que, en ese sentido, nunca fue personalista ni amiga de citar a otros líderes salvo a El, su marido, a quien tampoco nombraba, después que murió. El 27 se cumplían 10 años de la muerte del ex Presidente Néstor Kirchner para quien se implantaba en el Centro Cultural que lleva su apellido la estatua que habían repudiado los hermanos ecuatorianos de la UNASUR y que regresó al país. Tampoco dio presente. Fue tal el agujero de su ausencia que el Presidente Fernández tembló de emoción cuando dijo: "Cada vez que debo hacer algo pienso qué hubiera hecho Néstor." Lo que quedó entrelíneas fue: "Cada vez que debo hacer algo pienso qué le parecerá a Cristina". Por si fuera poco, en una obra maestra de la representación teatral y de la comunicación política, presentó el día anterior, el 26, una carta que en definitiva fue lo que sobrevoló aquél acto, sobre lo único que preguntaron los colegas, lo único que fue motivo de análisis por oficialismo y oposición durante toda la semana y que seguramente será motivo de comentarios de este mismo tipo en el día de hoy. La gestión del/a Vice, es verdad, debe ser prolija "ni tan cerca como para quedar pegado ni tan lejos para parecer traidor", me dijo alguna vez alguien que estuvo en esa posición. Es cierto, si por alguna razón el/a Vice debiera reemplazar al Presidente o Gobernador, renuncia, enfermedad, accidente o lo que fuere, debe preservar su personalidad para, en caso de ser necesario, tener espacio personal para cambiar algunas cosas, cambiar todo o dejar las cosas como están. No debe ser un alter ego, especie de "otro yo" del Presidente, es por eso que se deja a la máxima candidatura la facultad de elegir su acompañante. Víctor Martínez era muy distinto de Alfonsín, mostraba ciertos gestos de diferencia pero nunca se atrevió a un documento. Duhalde fue alejado por Menem a la Gobernación de Buenos Aires y puso de Vice de hecho a su hermano Eduardo, quería evitar que alguien le hiciera sombra luego de sus dos malos primeros años de gestión. Kirchner mantuvo a raya a Scioli hasta que también lo pudo mandar a Buenos Aires y luego erró con Julio Cobos, quien se comportó más o menos en la misma forma que se está comportando Cristina, como si no formara parte del gobierno. Victoriosa con la antigua estratagema de mandar un mensaje escrito para estar presente sin aparecer en la foto, dejó en zozobra a media administración con su frase "funcionarios que no funcionan" en directa alusión a los ministros que ella no puso. Por ahí tiene razón y no sería malo si se tratara de una autocrítica pero, estaríamos frente a una novedad, la autocrítica no es su fuerte, nunca la practicó. La carta es una especie rara, tal vez única en su género, la primera en la línea de sucesión que toma clara distancia del rumbo que lleva su gobierno a pesar del esfuerzo que Alberto hizo por entender que Ella lo apoya. No son momentos en que sobre la estabilidad, tanto es así que la oposición hace grandes esfuerzos por no empujar al ejecutivo que ya tiene suficientes problemas con la salud, la economía, la deuda, la inflación, la constante devaluación de la moneda, la escasez de confianza en el futuro y algunas grietas internas que aparecen con frecuencia. La oposición está tan preocupada que no sabe qué hacer, si empuja hacia el desastre vendría Ella con el Instituto Patria y La Cámpora, si apoya a Alberto sabe que el Presidente no tiene espaldas propias y carecería de gente leal y capaz para ocupar los espacios que dejaría una eventual salida de todo el cristinismo, enclavado en las segundas líneas de los ministerios. No causó sorpresa el llamado al diálogo y al consenso, eso lo hacen todos como un recurso para quedar bien, pero ese espíritu no se ve reflejado en el espejo del Congreso, sobre todo en el Senado y menos aun cuando se privilegian discusiones como la del aborto o la reforma judicial como si se viviera en otro país y otro planeta. Estar presente aun estando ausente es un lujo que pocos pueden darse. Ella lo sabe hacer, hay que reconocerlo.