La "noche de San Juan" ha sido denominada como "milagrosa", apelativo que tiene una larga tradición y nos hace referencia a la magia y sortilegios que la cultura popular le ha concebido.

Las creencias apuntan que durante esa jornada se pueden augurar hechos portentosos vinculados a la vida cotidiana de las personas, como ser pronósticos sobre la vida sentimental o su salud. Igualmente cobran importancia los ritos vinculados al agua y al fuego como elementos purificadores o expulsores de las desdichas que aquejan a los hombres. De ahí que las caminatas por las brasas y otros rituales complementarios sean prácticas comunes en nuestro país e incluso en toda América latina.

En San Juan es una costumbre muy convocante los ritos que todos los años realiza don Luis Paredes, rito que ha atraído hasta gente de otras provincias o medios de comunicación nacionales por lo impresionante que resulta observarlo.

La celebración en honor a San Juan bautista, con sus consabidos rituales, se realiza desde hace más de 30 años. En su primer momentos se efectuaban en la localidad sarmientina de Cochagüal y luego en la villa de Media Agua. Allí, sobre la esquina del hogar de la familia Paredes, se lleva a cabo éste acto tan llamativo, encabezado por don Paredes, quien pone de manifiesto una fuerza sobrehumana en cada paso de la ceremonia. Observándolo, advertimos que el ritual se manifiesta en tres momentos o instancias. Inicialmente y luego de consumada la fogata, se ejecuta una especie de "sanación o exorcismo" a los congregados en general. Es cuando con ciertos procedimientos específicos, como palabras un tanto incomprensibles que suenan a latín, expulsa de las personas las fuerzas consideradas como dañinas. Luego don Paredes reza una plegaria a San Juan Bautista y a otras entidades, oraciones que pueden considerarse como invocaciones, haciendo la señal de la cruz sobre los creyentes que van a caminar sobre la brasas o lavando sus pies en lavatorios. En ese lapso también toca con las manos a los "escogidos", como "tanteando" si tienen fe o no. El tercer momentos constituye el núcleo del ritual: son las caminatas propiamente dichas sobre un espeso colchón de brasas. Es aquí cuando el "especialista", conjuntamente con otras personas, "que lo ayudan". al parecer seleccionadas por su "fuerte fe", dispone el pasaje sobre los rescoldos. Previamente ellos mismos realizan el paso, con total respeto y seguridad. Posteriormente las personas "seleccionadas" inician la caminata repitiendo rogativas católicas, circulando varias veces, completándose de ésta manera el rito.