Hay un cambio de época, no hay dudas. Tras doce años continuos de éxitos electorales, desde el diez de diciembre de este año será presidente otra persona distinta a CFK y jurará otro gobernador que no será Gioja.
¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrentará, en el caso de San Juan, quién resulte gobernador luego de este cambio tan trascendente? Muchos, porque no se avecinan escenarios amigables: la falta de agua, la crisis mundial de los alimentos, la caída de la minería y otros dramas similares condicionarán a cualquiera, oficialista u opositor.
¿Qué deberá hacer el próximo gobernador para enfrentar los desafíos? Depende: si es oficialista, deberá gestionar con el suspiro de Gioja en la nuca y la carga de darle continuidad a la mejor gestión de la historia de la provincia. Y si es opositor, además de gobernar también con la presión popular de la comparación con Gioja, deberá gestionar con el peronismo enfrente, lo que en sí puede resultar una carga insoportable.
Nada es imposible, pero más que gestionadores políticos, parece que la provincia necesitará de experimentados hombres de circo.
El agua y la producción
Esta región está atravesando la crisis hídrica más profunda de la historia. Para paliar lo que se sabía que iba a ocurrir el Gobierno de la provincia está levantando diques y ha licitado la construcción de un gran acueducto. Los pronósticos de nevadas dicen que este año puede precipitar un poco más, pero también algunos especialistas aseguran que después de tantos años de sequía, los suelos en la cordillera están tan secos que será muy complicado lograr acumular hielo que sirva para abastecer a los ríos. Lo único que queda, ante la realidad de no poder modificar la naturaleza, es aprovechar hasta la última gota de agua que hay.
En este sentido, mineros preocupados por las críticas que sufrieron gracias al uso del agua en esa industria, encararon un estudio respecto de las diferencias entre el consumo de agua para riego a manto o por goteo. Según ese trabajo, harían falta unos 300 millones de pesos para reconvertir toda la producción sanjuanina para que se riegue únicamente por goteo. Y se ahorraría alrededor del 50 por ciento del agua que hoy se usa. Eso, sin olvidar que la producción agrícola ocupa alrededor del 90% del total de agua disponible en la provincia.
¿300 millones es mucho? Como siempre, hay que poner en contexto para analizar correctamente: 858 millones es el costo de la construcción del Acueducto Tulum, el que traerá agua desde Zonda al Gran San Juan. $500 millones anunció la Nación que pondría para sacar los excedentes de vinos y tratar de nivelar la producción. Y así, muchos otros ejemplos. Si se considera que se podría paliar gran parte del problema del consumo de agua en la provincia, no parece una cifra exagerada. ¿Por qué no se hizo? Nadie responde.
En el caso de la producción, se vienen arrastrando problemas que no tienen que ver con San Juan: el dólar desfasado y las distintas crisis productivas mundiales han ocasionado pérdidas a los exportadores sanjuaninos de hasta 26,5 millones de dólares sólo el año pasado, y nada más que en tres productos: uva, pasa y ajo. La explicación es muy sencilla, los países han devaluado y Argentina no, por eso la competitividad de los locales se fue al piso.
La minería
Esta actividad tiene muchos problemas en el Mundo y tampoco son variantes que se manejen puertas adentro de la provincia. Los precios del cobre y del oro no logran repuntar y las inversiones no llegan a la Argentina gracias a que nadie quiere poner dólares en un país del que no los podrá sacar.
Pascua-Lama se cae en pocos meses y Veladero está a punto de igualar la ecuación costo-ganancia. En el caso del gigante binacional, ya entre los empleados circula el rumor de que bajarán a todas las personas que están en la cordillera y muchos creen que por más que la Corte chilena dé el vía libre, Barrick no está en condiciones de continuar, así de simple.
Lo anterior es un baño de realidad, a ver si los candidatos caen en la cuenta de lo que pasa y, de una vez por todas, se ponen a trabajar en encontrarle solución a los problemas que realmente importan, más allá de las alineaciones nacionales y las riñas locales. San Juan necesita de un plan de manera urgente, ya que de caerse Veladero, por ejemplo, se caería el motor del 30 por ciento del Producto Bruto Interno sanjuanino.
Si todo va bien, hay Veladero hasta el 2024, pero si todo va mal, puede morir en cualquier momento, ya que la compañía dueña de la mina está casi en la ruina. Tal vez es muy temprano para reclamar semejante respuesta, pero como en todas las elecciones pasa lo mismo, es probable que alertando temprano, la contestación surja temprano también.

