El otro día finalicé de leer el libro "La voz del gran jefe” escrito por Pigna, donde relata la vida del Gral. San Martín, y en el relato me llamó la atención que el prócer, cuando estuvo como gobernador de Mendoza en 1815, en época de cosecha, ya tenía los mismos problemas de bajo precio de la uva, la incomprensión de Buenos Aires, etc. Han pasado 200 años y cada vez que llega la época de cosecha florece nuevamente el conflicto.
El Gobernador de San Juan que buscó una solución profunda y definitiva, para terminar con los parches, aunque no fue inmediata, pero hizo andar el sistema. Antes fue Carlos Gómez Centurión que propuso una ley para diversificar el uso de la uva. Hasta esa época casi toda la uva era de la variedad Cereza e iba todo a vinificación, cosa que generaba sobreestock de vinos comunes, por lo que al armar un plan para diversificar significó que una parte tiene que ir a pasa, otra a mosto y otra a uva en fresco, todo para exportar apuntalado con la Ley de Promoción Agrícola e incentivos estatales a los productores para la diversificación.
Gomez Centurión invitó a Mendoza para que adhiriera, pero Mendoza nunca acompañó porque por el clima no puede mandar uva a pasas y tampoco puede producir uva en fresco, por lo que sólo podía diversificar parcialmente en vinos finos en varietales y otra parte al mosto.
Las divisas ingresan a través de la exportación, por lo que la diversificación y la búsqueda de mercados internacionales por parte de San Juan, llevó a que se plantaran uvas varietales, así con la ley de Promoción Agrícola se plantaron importantes extensiones para pasas, para uva en fresco y para mosto.
En 2008 San Juan exportaba: 68.609.800 de kilos de uva en fresco; 26.073.180 kilos de pasas de uva, que en fresco significa 117.329.309 de kilos de uva, (1 kg de pasas = 4,5 kilos de uva en fresco); 88.354.641 de litros de mosto concentrado, equivalente a 353.418.564 kilos de uva (1 lt de mosto = 4 kg de uva en fresco). La venta exportada llegó a 442 millones de kilos de uva.
San Juan con una producción de 700 millones de kilos, más del 60% de la cosecha de uva se vendía al mercado externo, con el ingreso de divisas al Estado, a los productores, a sus proveedores, a sus empleados… y así sigue la cadena. En 2014 se exportó 17.110.656 de kilos de uva en fresco, por lo que el excedente que quedó en San Juan es de 52.499.147 kilos de uva. La pasa de uva bajó a 26.073.179 kilos, por lo que el excedente que quedó es 10.183.513 kilos. Es decir esto significa 45.825.810 kilos quedaron en San Juan.
El mosto quedó en el camino, ya que si se exportó fue una cifra mínima, por lo que quedaron en San Juan 100 millones de kilos.
San Juan se encontró en el 2015 con un excedente de 450 millones de kilos de uva, que en vez de ir al exterior quedó en la provincia, y fue a parar a las bodegas, por lo que es tan grande la oferta de uva en San Juan que no tiene precio, como así tampoco donde colocar el excedente de vino .
¿Qué pasó?… un cumulo de problemas irresueltos, entre ellos: La "inflación interna” carcomió el tipo de cambio competitivo, los productos tiene precios internacionales y los mismos no ha subido, sino que se han mantenido y en nuestro país la inflación interna se comió la ganancias y parte del producto de las empresas.
Además Argentina cobra derechos de exportación, y deja fuera de competencia a los productores respecto a otros de pasas que no cobran esos derechos. Se suman la no devolución en tiempo y forma de los reintegros del IVA a los productores, el aumento del salario de la mano de obra, el aumento del transporte para llegar al Puerto de Buenos Aires, (tan grave es que el costo de llevar un contenedor al puerto cuesta igual que el valor de viaje de ese contenedor a de Buenos Aires a cualquier puerto en Europa). Además, el aumento de los insumos para la producción. En fin todo en contra para el que quiere producir.
Ante tamaño desastre se pueden hacer varias cosas para reactivar la industria de la uva: Fijar una política quinquenal de reglas claras; volver a la diversificación de los usos de la uva, baja de impuestos, salarios estables para el sector, devolución en tiempo y forma de IVA, eliminar las retenciones, buscar cómo abaratar los costos de transporte y sustituir el camión por el tren (un convoy ferroviario equivale a 80 camiones). Y por último mejorar el tipo de cambio para los exportadores.
(*) Abogado Mat 1.602.
