Argentina tiene un inmenso agujero de déficit energético por donde se van los dólares que el país necesita para mantenerse a flote. La diferencia entre el combustible que se importa y el que se exporta es grande. En los diez primeros meses de este año ese desequilibrio alcanzó la cifra récord de 5792 millones de dólares, más del doble que en 2012.
Ese inmenso desfasaje contribuye a drenar las divisas del Banco Central, que bajaron desde los 52.654 millones de dólares disponibles en enero de 2011 hasta los 32.000 actuales y para revertir el déficit energético se necesita explotar el gran yacimiento de combustibles no convencionales de Vaca Muerta, permitiendo a la Argentina recuperar la independencia energética perdida en la última década. Ya no sería necesario, por ejemplo, a importar unos cien barcos con gas licuado al año.
Pero es imposible explotar Vaca Muerta sin la inversión extranjera, y para que lleguen inversores se debe despejar el camino judicial y asegurarles que no se van a encontrar con una denuncia de Repsol en los tribunales internacionales. Por eso, si el preacuerdo de ahora se hubiera firmado hace 19 meses, cuando se expropió el 51% de las acciones que Repsol tenía en YPF, probablemente ya habrían llegado más inversores extranjeros a Vaca Muerta.
En aquel momento Repsol pidió 10.500 millones de dólares como compensación y el Gobierno nacional alegó que solo el Tribunal de Tasaciones sería quien fijaría el valor de lo expropiado, pero a lo largo de estos 19 meses el Tribunal no justipreció nada. No obstante, el presidente de YPF, Miguel Galuccio, logró varios acuerdos de inversión en Vaca Muerta, entre ellos, el más importante suscripto con Chevron, la multinacional estadounidense, que se comprometió a invertir 1.200 millones de dólares sobre un terreno que sólo afecta al 1,3% de la superficie de Vaca Muerta. Pero ese monto es claramente insuficiente ante el inmenso potencial del yacimiento neuquino. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal, cree que si se produce un apogeo de inversiones, en unos cinco años se podría revertir el déficit energético.
El que firmará la compensación que habrá de recibir Repsol será el ministro Axel Kicillof, quien impulsó la expropiación, pero ha sido Miguel Galuccio, titular de YPF, quien más ha batallado por el acuerdo. Tal vez nadie mejor que él sepa lo difícil que es atraer capital extranjero a Vaca Muerta sin pagarle antes a Repsol.
