
La marcha que ha monopolizado las preferencias populares durante décadas es: "Los muchachos peronistas”. Trascendió los tiempos y se convirtió en un hecho folclórico. Todo comenzó en 1941 con una murga en Barracas (Buenos Aires) llamada "El Rosedal”. Ejecutaba composiciones que hablaban de las dificultades del cotidiano vivir. La historia sigue hasta 1945 en los talleres de encuadernación de la Editorial Atlántida. Un integrante de ese grupo de operarios, Enrique Juan Odera, tenía fama de cantor. En cierta ocasión se realizó un baile buscado por un bandoneón irreverente que mezclaba los tangos con música de murga, una de las melodías murgueras que ejecutaba un tal Aníbal Troilo, era precisamente la marcha en cuestión. Su línea melódica y pegadiza invitó a Odera a tararearla y repetir a ese son: "Perón, Perón que grande sos/ Mi general, cuánto valés…”, y los compañeros de la editorial hicieron coro. Durante mucho tiempo, las discusiones políticas del taller de encuadernación tuvieron como música de fondo la incipiente marcha, agregándole un comienzo que decía: "Los gráficos peronistas/ todos juntos triunfaremos”,…. En el club de la editorial donde se jugaba al fútbol, al salir de la cancha se pedía tres hurras por Perón. De Prisco, un diputado de aquel entonces, por indicación de Eva Perón, le lleva la composición y a sus cantantes el entonces ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, quien procede a efectuarle una ligera modificación a la letra. En oportunidad de hacerse en el Ministerio de Trabajo y Previsión la entrega de casas que el gobierno regalara a los boxeadores Pascual Pérez, Rafael Iglesias y Delfo Cabrera (ganadores de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres), la canción fue escuchada. A partir de entonces, surge la posibilidad de grabarla y difundirla. Pero ya no es "los gráficos peronistas…,sino "los muchachos peronistas…” Enrique Odera y Luis Altamira, del grupo creador, le piden a Rafael Lauría quien dirigía la comparsa "Juventud Argentina” que ejecute la marcha en la casa del subintendente de la Editorial, de apellido Ramos, cuyo hijo de 15 años estudiaba piano. Es este pianista quien escribe la música de la marcha que entonan los compañeros de su padre. Se integra el primer "grupo orquestal” que se compone del piano de Ramos, un bandoneón ejecutado por un tal "Pocholo” y una guitarra tocada por alguien no recordado. Así se graba en la empresa RCA y cantada "a capella” resuena en el Teatro Colón por primera vez durante un homenaje que el gremio de los gráficos le tributara a Eva Perón desde un palco atiborrado por los miembros del Ateneo Gráfico Peronista. Luego la graba Hugo del Carril, y en 1953 Héctor Mauré. Esto pasó con la marcha, que empezó a sustantivar el sentimiento político de una sección de la gran empresa para lograr el destino de difusión que ningún autor se atrevería a soñar.
Por Carlos R. Buscemi
Escritor
