La DHEA (Dehidroepiandrosterona), es una pre hormona endógena producida por las glándulas adrenales del cuerpo humano. A estas glándulas también se las llama suprarrenales ya que están ubicadas en la parte superior de los riñones. Es una pre hormona pues interviene en la formación de las principales hormonas sexuales femeninas y masculinas, como son los estrógenos y la testosterona. En los varones, la DHEA también es producida por los testículos.
Su producción comienza alrededor de los 7 años de vida y alcanza su pico a los 25 años. Luego comienza a decrecer en un 20%, cada 10 años de vida, y en la vejez alcanza valores mínimos. El descenso parece ser mayor, si la edad avanzada va acompañada por síntomas de depresión nerviosa.
En la década del 70, diversos estudios experimentales, constataron que ratas y ratones a los que se les administraba DHEA, vivían más y a su vez adquirían más energía y vigor. En 1994, el Profesor Samuel Yen, de la Universidad de San Diego (California-EEUU), publicó resultados positivos en sus experimentos con seres humanos de edad avanzada, atribuyéndole a la pre hormona, efectos anti envejecimiento. La DHEA, entonces, es presentada a la prensa como la revolucionaria hormona de la juventud y comienza su carrera mediática.
Se la empieza a fabricar en forma sintética a partir de una sustancia vegetal llamada Diosgenina y en muchos países comienza a ser administrada.
Se le atribuyen mejoras en la apariencia de la piel y reducción de las manchas de la vejez, por aumento de la humedad y el espesor de la misma. y mejoras en la habilidad para tener una erección en los hombres que sufren disfunción eréctil siempre que esta no sea originada por la diabetes o trastornos nerviosos. También se piensa que retarda la aparición de síntomas en la Enfermedad de Parkinson.
Sus sorprendentes efectos se relacionan también con personas jóvenes cuando administrada junto a los tratamientos convencionales, se le atribuye alivio en los dolores musculares y úlceras de la boca, y fortalecimiento de huesos en pacientes que sufren de Lupus sistémico eritematoso (LSE). También en la enfermedad de Addison, que cursa con bajos niveles de hormonas esteroides, la Esclerosis múltiple (EM), y el síndrome de fatiga crónica (SFC). Se cree que tiene efectos beneficiosos en la depresión nerviosa, la esquizofrenia y que estimula al sistema inmunológico por lo que alivia la fatiga en personan con VIH (ó SIDA). También se le atribuyen efectos beneficiosos en la infertilidad femenina.
Se le adjudica capacidad de disminuir la obesidad grasa alrededor de la cintura y descenso de los niveles de insulina en el llamado síndrome metabólico, bajando los factores de riesgo que pueden llevar a padecer enfermedades del corazón. No obstante, esta pérdida de peso no se produciría en personas jóvenes, ya que los efectos anti envejecimiento alcanzarían solamente a las personas mayores de 60 años, a las que les mejoraría su estado físico, resistencia ósea, fuerza muscular, por compensación de los bajos niveles de DHEA, que este grupo de personas muestra en las determinaciones analíticas.
Por todas estas propiedades, DHEA irrumpió en los medios de comunicación y en el mercado, como el elixir de la juventud. Sin embargo su uso genera gran debate y controversias internacionales. En algunos países, la eficacia de su administración, aún no muestra suficientes evidencias, como para ser aprobada como un medicamento.
Además, su uso produce efectos secundarios como aparición de acné, caída de cabello, malestares estomacales, elevación de la presión arterial y crecimiento de vello en la cara de las mujeres y cambios en la voz. En el embarazo y la lactancia, aumenta los andrógenos, que pueden dañar a los bebés.
Como en edades no tan avanzadas se producen conflictos psicológicos ocasionados por la pérdida de lozanía de la piel, aparición de arrugas y manchas, obesidad en determinadas zonas del cuerpo, y estos sentimientos impulsan a buscar cuántas sustancias ó métodos prometen efectos anti edad. El afán de prolongar la juventud se transforma en cuadros obsesivos. Este comportamiento es más común en quienes valoran más la apariencia física que lo que la persona ha logrado ser a lo largo de la vida.
Los riesgos que muchos procedimientos entrañan, muchas veces superan ampliamente los beneficios. Este podría ser el caso del uso de la DHEA.
Ante un mercado que cada vez incrementa más sus ventas vía on-line, donde resulta más fácil acceder a estos productos sin el debido conocimiento de los mismos y sin el necesario asesoramiento científico, me pareció oportuno proporcionar esta información, realizar esta reseña y compartirla a fin de concientizar sobre el uso de esta pre hormona, a la que se le atribuyen tan prodigiosos efectos.
