La educación especial en nuestro medio local merece una jerarquización en docencia profesional que incumbe a la enseñanza diferenciada. La educación pública de nuestro país lo ha previsto de esa forma con la legislación que entiende sobre la competencia de títulos y la cualificación del docente profesor a cargo. Esta realidad es para los establecimientos educativos de gestión pública como los de gestión privada que más allá de contar con una ley especial deben seguir los pasos legales para los cargos de curso y carrera docente realizando concursos y ascensos previstos legalmente, no sólo por la Constitución provincial, ley de educación de la provincia sino además por la Ley 2492 de actual aplicación.

Cuando hablamos de jerarquizar la docencia entendemos sobre la calidad de la educación y asistencia que ella demanda. La comunidad educativa lo ha sabido así actuando como precursora en los mismos padres que fundaron o crearon instituciones para la atención de sus hijos procurando su bienestar y entregando todo el amor del mundo.

No cabe duda que cualquier instituto tiene en sus responsables esa misión. Entonces, para comprender la magnitud de la labor de padres y docentes profesionales damos un ejemplo destacando a una de ellas. Es así como en el año 1985 por iniciativa de Juan Carlos Giugni y el apoyo de su esposa Chiqui Sánchez se forma La Asociación de Ayuda al Niño Aislado creándose luego IRINA, Escuela de Educación Especial que como Instituto pertenece a Privada. Para entonces el enfoque de atención interdisciplinaria se volcaría por entero a los chicos con síndrome de autismo o llamados niños aislados.

Sin embargo para la tarea de aplicación diferenciada solamente un solo docente como profesor de enseñanza diferenciada desde el origen de IRINA comenzó con las tareas de recuperación pedagógica hasta el día de hoy y durante todos los días en la magna tarea de entrega, amor y lágrimas desde aquel 1985. La maestra especial Nilda Molina egresada del Profesorado de Enseñanza Diferencial Monseñor Doctor Silvino Martínez con el título de profesora de enseñanza diferenciada en la especialidad de irregulares psíquicos -lo que incluye a niños con déficit leve, moderado, severo o profundo (autistas)- fue uno de los profesionales y docente. Luego se sumarían otros con la misma calidad de título que también se esmeraron y dieron todo en lo afectivo y profesional como Susana Quiroga, Graciela Castro, etc. La labor como no rentados de Graciela Rodríguez, Graciela Rivas y Sergio Pintos entre otros, bajo la dirección técnico-profesional de Graciela Oviedo que significó la incondicional entrega.

El enfoque de profesiones independientes en su administración ha primado en este instituto al momento de dar origen al cargo directivo por nombramiento del Ministerio de Educación de Enseñanza Privada y no de docentes diferenciales que en todo San Juan dirigen las escuelas. La legislación al respecto sostiene: Ley 2492 punto D- Educación Especial- 8. Maestro de Educación Especial en Discapacitados Mentales. Título docente: Profesor de Enseñanza Diferenciada Especializado en Irregulares Psíquicos (Profesorado de Enseñanza Superior Dr. Silvino Martínez). Este es el caso de la docente Nilda Molina que nunca fue nombrada como directora teniendo todos los requisitos legales y título docente para la especialidad.

El reconocimiento testimonial desde entonces y de los padres ha sido más que suficiente, el de las familias de los chicos especiales y el de incluso profesionales que han participado y visto la renuncia al tiempo personal de estos docentes. Sin embargo tal reconocimiento de la carrera docente por la administración de IRINA no fue tomada en cuenta ni en méritos ni legalmente. Todo el esfuerzo y el tiempo de vida para hacer una carrera educativa están truncos para los maestros diferenciales en privada o es el caso de este Instituto. Recordemos que los agradecimientos, las emociones y estar en una placa como recordatorio o en el travertino de piedra de los 25 años del 2011 nada son, hay que merituar legalmente la labor docente especializada y jamás omitir a quienes dieron todo.