Con la premisa de trabajar mucho con todas las provincias, para erradicar el dengue, la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el Ministerio de Salud de la Nación puso en marcha un plan que complementa las prevenciones adoptadas por distintos jurisdicciones federales.

Las medidas ordenadas por el ministro Juan Manzur, van desde la concientización y prevención en conjunto con las provincias para promover actividades de descharquización, capacitación de agentes sanitarios, compra de insecticidas y difusión de información, hasta los tratamientos médicos puntuales. Es que se ha comprobado que la única forma de prevenir el dengue, consiste en la adopción de hábitos estrictos de higiene y en ellos la eliminación de los lugares donde el mosquito transmisor pueda depositar sus huevos.

Lo que en teoría puede parecer muy fácil, en la práctica representa una tarea compleja. Estas dificultades han impulsado al Gobierno de Córdoba a impulsar una ley que prevé el pedido de allanamientos judiciales de viviendas donde se detecten residuos, charcos o cacharros, en condiciones de reproducir el vector de la enfermedad, y aplicar multas a los moradores.

Las acciones del Consejo Federal de Salud se centrarán en las provincias con mayor riesgo, entre las que no se encuentra San Juan. Pero el hecho de no figurar en la nómina de las áreas más afectadas, no debe dar motivo a un relajamiento en relación a las medidas preventivas, ya que como sucede con el virus de la gripe A, el del dengue se transmite con igual facilidad. En el primer caso, el contagio es de persona a persona, y en otro por intermedio de la picadura del mosquito, que puede desplazarse a puntos distantes de su hábitat natural, favorecido por las mayores temperaturas.

Determinar los lugares de nuestra provincia donde éstos mosquitos pueden proliferar, será prioritario. No hay que olvidar que el Valle de Tulum es un gran oasis, donde abundan obras para el almacenamiento de agua realizadas por el hombre, al igual lagunas y vertederos de residuos que no cumplen con pautas básicas que garanticen la no proliferación del insecto. De ahí, la gran importancia de la fumigación terrestre y aérea, para llegar en forma efectiva hasta los rincones más inaccesibles. Y el recurso de la educación es fundamental.

El éxito de la campaña dependerá de que la población tome conciencia del peligro de esta epidemia y de cómo contrarrestarla, colaborando con el plan de prevención a través de nuestros hábitos y costumbres.