La Organización Mundial del Comercio (OMC) viene estudiando la incesante evolución positiva de los mercados internacionales durante las últimas décadas, en particular la cada vez mayor participación de determinadas economías emergentes que serán clave en el comercio global en un futuro próximo.

En el último informe de la organización, se observa que durante los últimos años el comercio mundial ha crecido en promedio casi el doble de la producción global, lo que refleja el creciente predominio de las cadenas de valor en el ámbito internacional y por ello la importancia de medir el comercio en términos de valor agregado. Precisamente el Informe Mundial sobre Comercio 2013, tiene por finalidad facilitar una mayor comprensión de las tendencias del intercambio multilateral y las cuestiones vinculadas a la política comercial aplicadas al sistema del comercio internacional.

Al analizar el documento se observa el papel destacado de las economías en desarrollo, que entre 1980 y 2011, aumentaron su participación en las exportaciones mundiales del 34 al 47 por ciento y su participación en las importaciones mundiales de un 29% a un 42%, porcentajes que superan al de las naciones desarrolladas en muchos casos. Es más, en la proyección que hace la OMC se vislumbra un futuro promisorio de comercio abierto y economía dinámica de los países emergentes, superior a las naciones industrializadas tanto en exportaciones como en crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI).

Frente a este comportamiento del comercio internacional no deja de preocupar la realidad económica argentina con un escenario de proteccionismo a contramano de la tendencia mundial, que de hecho frena los acuerdos multilaterales y resiente el PBI. Por el contrario, el antiproteccionismo ha pasado a ser dominante del comercio internacional a través de acuerdos de integración y complementación como, por ejemplo, en las piezas y componentes que atraviesan múltiples fronteras hasta alcanzar la producción final.

Por eso es fundamental hacer un replanteo en nuestro país para estimular a la sociedad del conocimiento a través del fortalecimiento educativo y lograr una tecnología asociada con la inversión extranjera directa para mejorar la cadena de valor y disponer de ventajas comparativas, como hizo China para ganar mercados externos y dinamizar el consumo interno con trabajo e inteligencia. Es sin duda, el mejor ejemplo de crecimiento exitoso de los últimos tiempos.