El Foro Económico Mundial, que mide la competitividad en base al desarrollo social y macroeconómico en el plano internacional, ubica a Chile como el país más competitivo de América latina. El país trasandino está en el puesto 33 de los 138 estados analizados, dos posiciones sobre los resultados del año pasado, con indicadores que destacan eficiencia en materia educativa y de formación.

Panamá es el segundo de la región y el que más ha progresado: puesto 42 con un avance de 8 lugares con respecto a 2015 gracias a su entorno macroeconómico, a la eficiencia de su mercado y al desarrollo financiero. La sorpresa la dio Brasil, afectado por la recesión y una crisis política sin precedentes, ya que pese a encontrarse en el puesto 81, obtiene resultados positivos en los factores institucionales.

Esto implica un reconocimiento de la comunidad empresarial ya que Brasil está intentando resolver los problemas relacionados con corrupción, desconfianza en la clase política y en las instituciones, lo que debe verse de forma positiva, según el análisis. Además, Brasil, Argentina, Colombia y Ecuador, exhiben un importante déficit comercial en la región y Venezuela refleja su caos en el lugar 130.

En Latinoamérica, las diferencias de competitividad entre países son considerables, pero si hay una brecha regional que predomina, ésta tiene que ver con el entorno macroeconómico. Este factor refleja el doble shock que implicó la caída de la cotización de las materias primas y de las inversiones. Otro pilar de la competitividad que ha sido afectado considerablemente en la región es el que tiene que ver con la corrupción, punto de partida del deterioro económico, social e institucional.