Por primera vez, se decidió reducir la admisión de personas con problemas de adicción, en la comunidad del "’Proyecto Juan”. El número de candidatos a ingresar a ese centro local de recuperación aumentó en modo considerable, ya que en 2012 se llegó a 65 jóvenes internados, una cifra récord desde que se inauguró en 2007.

El consumo de alucinógenos ha crecido entre los jóvenes sanjuaninos, las adicciones en general y las tecnoadicciones en particular se han desarrollado en forma exponencial. Los nuevos paradigmas socioculturales, la tendencia a la hiperconectividad tecnológica y la propensión a las relaciones virtuales, sumado a ciertas vulnerabilidades individuales generan un campo fértil para disparar esta situación problemática.

Se acepta como concepto fundamental para definir a una adicción, cuando se sostiene un determinado comportamiento que dificulta la vida afectiva, social y laboral del sujeto. No se lo puede evitar, excede su voluntad. Esto tiene un correlato neurobiológico. Cuando se llega a tal grado de dependencia con una sustancia o un objeto tecnológico es porque en el cerebro se producen cambios en determinados circuitos neuronales que en general están gobernados por un neurotransmisor, o dopamina. Cuando esos circuitos se activan por algún estimulo, se genera una conducta compulsiva.

Neurobiológicamente cuando se habla de adicción, hay compulsión. A estos estados de compulsión y dependencia se va llegando por la exposición sostenida a lo largo del tiempo en forma constante o intermitente, en personalidades que presentan cierta predisposición a desarrollar estos problemas. Pueden ser las inmaduras emocionalmente, con dificultad a poder postergar.

La adolescencia es altamente vulnerable para desarrollar una adicción. Vivimos en un mundo marcado por la inmediatez, el éxito rápido, en el que casi no hay espacio para metabolizar lo que no se puede. Se ofrece un modelo de hombre exitoso, superactivo que puede con casi todas las dificultades. Tiene mucho desprestigio, la postergación, la pérdida, lo que no se puede, que son cuestiones inherentes a lo humano. Este modelo sociocultural propuesto en el mundo actual genera a los individuos una exigencia muy intensa. A la vez que se ofrecen de manera masiva los "’paliativos” para anestesiarse. Si a esto le sumamos las vulnerabilidades individuales emocionales y biológicas vamos entendiendo porqué las adicciones se van transformando en la epidemia de la época.