Después de sus predecesores Pío XI con la radio y Pío XII con la televisión, en 2008 Benedicto XVI fue el primer papa de la historia en enviar un sms; en 2009 creó un perfil en Facebook para asomarse a la plaza virtual, y ahora acaba de enviar por primera vez un mensaje en Twitter firmado por el mismo Pontífice. Son 140 caracteres en los que se puede compartir una frase genial, un hábito doméstico, un dato interesante, un link o una foto.
Es Twitter, el servicio que nació como un soporte para microblogging y se convirtió en una red social, un sistema de mensajería, de alerta temprana. Desde su nacimiento en 2006 Twitter acumula más de 200 millones de usuarios registrados. No está a la altura de Facebook, que tiene más de 600 millones de usuarios, pero por su naturaleza ágil y breve, para muchos Twitter se transformó en una presencia casi obligada en los dispositivos informáticos que poseen. Diversos sucesos han sido descriptos primero en Twitter, como el asesinato de Osama Bin Laden, que hizo público, sin saberlo, Sohaib Athar, o la erupción del volcán Puyehue, cuyos estragos fueron rápidamente publicados en Twitter con el hashtag, es decir, una etiqueta que lo identifica por temas.
Lo mismo para las coberturas en vivo, tanto del lanzamiento de un producto como de una conferencia, o el comentario contextual a un partido de fútbol que puede transformar a Twitter en una reunión con amigos extendida a todo el globo. Y hay cierta afición por medir la repercusión de un anuncio, un resultado o, simplemente, uno de esos temas pasajeros que asuelan Internet por un día; para eso están los "trending topics” (TT); es decir, los temas que momentáneamente son populares en Twitter; el servicio permite ver cuáles sólo son de cabotaje y cuáles compiten por el interés de los 200 millones de usuarios que tienen la red, a los que se suman unos 460.000 por día. Según estimaciones, sin embargo, se calcula que hay sólo 14 millones de cuentas que twittean a diario, y 40 millones activas al menos una vez por mes. Son 140 millones de tweets diarios que se publican en el mundo y se pueden llegar a cuadruplicar ante un suceso particular.
Las nuevas tecnologías no han modificado sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que nos encontramos ante una vasta transformación cultural.