En la Cumbre de mandatarios de las potencias industriales que integran el G-8, realizada en la ciudad italiana de L\’Aquila, se alacanzaron nuevos compromisos en materia de comercio y de economía, pero sin un total consenso sobre las medidas por adoptar contra el cambio climático.
Apenas se logró un acuerdo para limitar el aumento de la temperatura media global de dos grados centígrados, pero no se estableció una cifra exacta para la reducción de los gases nocivos, una cuestión que será abordada en diciembre en la Cumbre Mundial sobre el Clima, en Copenhague. En el debate inicial, los países del G-8 (Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Gran Bretaña, Canadá, Japón y Rusia) se habían comprometido a bajar sus emisiones en un 80% para 2050 y afirmaron que el resto del mundo debería reducirlas en un 50% para la misma fecha. Pero el G-8 no logró persuadir al principal emisor, China, ni a la India, para que asumieran ese compromiso, lo que representa un revés para los esfuerzos por asegurar un pacto que reemplace el Protocolo de Kyoto.
Además, Canadá y Rusia parecieron dar la espalda al objetivo de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero. En conjunto, los países del G-8, y los del G-5 (Brasil, México, China, India y Sudáfrica), son responsables del 80% de las emisiones de esos gases contaminantes en el planeta.
La crisis económica global también está golpeando duramente a los más pobres y amenaza con anular los progresos realizados en el campo de la salud y de la erradicación del hambre y de la pobreza. Por este motivo, los representantes de los países del G-8 que se reunieron antes de finalizar la Cumbre con los líderes de países africanos, y acordaron destinar 20.000 millones de dólares, lo cual significa 5000 millones más de lo previsto, para ayudar al Continente Negro en los próximos cinco años. Ahora falta comprobar si se cumple con la palabra. Al fin y al cabo en 2005 también prometieron grandes ayudas a ese continente y sin embargo, según denunciaron varias ONG, el año pasado únicamente enviaron la tercera parte del dinero comprometido. También se ha llegado a un acuerdo por el cual se comprometen a crear una colaboración más fuerte con África para incrementar el acceso al agua y a los servicios sanitarios. Se calcula que en ese continente 9 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 2500 millones carecen de servicios higiénicos básicos.
Un mundo globalizado a nivel económico también exige la globalización de la solidaridad de los más poderosos hacia los más vulnerables.
