La memoria es la potencia del alma por medio de la cual se retiene y recuerda lo pasado. Haciendo uso de ella se pueden describir y relacionar diversos acaecimientos particulares que se escriben para ilustrar la historia.
Una memoria honesta es una memoria completa.
Se ha instaurado el "Día de la Memoria" el 24 de marzo por coincidir con el día del golpe militar que derrocó a la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, pero se usa para hacer una apología de los terroristas "montoneros" y del "Ejército Revolucionario del Pueblo" (ERP) que sembraron de muerte y sangre nuestro país durante los "70. Siendo así, no puedo dejar de acordarme de todo lo que precedió a ese golpe de Estado.
Me acuerdo cuando en pleno gobierno democrático, nada menos que presidido por Juan Domingo Perón, con quien se podía estar o no de acuerdo, pero no dudar de su legitimidad por haber sido elegido con más del 60% de los votos, la guerrilla terrorista producía sus ataques contra la sociedad toda, persiguiendo la desestabilización de las instituciones de la República. Me acuerdo cuando mataron a Rucci, titular de la CGT en un feroz ataque comando. Me acuerdo como, antes, fue secuestrado Aramburu, confinado en un sótano, martirizado y por último asesinado de un tiro en la cabeza, cubriendo su cuerpo con cal viva. Me acuerdo del secuestro extorsivo de empresarios, como el presidente de la FIAT en la Argentina, el que fue aniquilado por los terroristas cuando la policía descubrió el lugar donde lo tenían. Por estos secuestros se obtenían decenas de millones de dólares que iban a parar a Cuba. Me acuerdo que la capacidad militar de la guerrilla era ilimitada porque se apoyaba en un plan internacional de toma del poder por la fuerza, de corte comunista, marxista-leninista. Me acuerdo cuando secuestraban aviones, en especial uno de pasajeros de Aerolíneas Argentinas, que utilizaron para una acción combinada contra el Regimiento del Ejército de Formosa, que fue copado matando a todos los soldados de la guardia cuyo pecado para ellos era cumplir con el servicio militar. Estaba vigente todavía el régimen democrático.
Me acuerdo cuando volaban edificios con la gente adentro, al igual que la AMIA o la Embajada de Israel, reduciendo a escombros el de la Policía Federal cuando el público estaba sacando sus documentos y pasaportes, provocando decenas de muertos inocentes.
Me acuerdo, siendo entonces estudiante en Córdoba, cómo durante la noche nos despertábamos, dos o tres veces, por grandes estruendos que estremecían las ventanas. Eran bombas de gran poder, cargadas de bulones que explotaban en lugares elegidos, a veces provocando grandes daños, a veces muertos y heridos, para infundir el temor extremo en la población.
Me acuerdo de las "cárceles del pueblo" que eran unos pozos de un metro por dos, debajo de un baño o cocina de una casa, donde confinaban a sus secuestrados por meses, dándoles de comer sobras y confundidos con sus propios excrementos, hasta su muerte. Eran condenados a la tortura y la muerte sin juicio previo, sin posibilidad de defensa y sin que se les respetara un solo derecho humano.
Me acuerdo por último de los 4.905 desaparecidos, según el propio informe de la Conadep del año 1984 sobre 7.830 legajos confeccionados y no los 30.000 que siempre se dicen, pero sin dar la lista, que deben dolernos así fueran 100, pero que pone en evidencia la intención propagandística mentirosa de los que hacen uso del "Día de la Memoria" para denostar a las Fuerzas Armadas y a la Iglesia Católica con el objetivo de destruir los valores en que se sustenta nuestra Nación.
